El ambiente se nota más relajado que en noviembre, cuando en la FEB se vivió auténtico pánico por la amenaza de quedarse sin Mundial y sin Juegos.
De un Europeo triunfal a otro que aspira a serlo. El balonmano y el fútbol sala son deportes paralelos, que ocupan un mismo espacio, incluso rivalizan.
Dijo Valverde, con su sabiduría tranquilizadora, que el club rival se llama Espanyol de Barcelona. Así es como le conocemos todos, entre otras cosas porque nació en Barcelona.
España ha jugado cuatro finales del Europeo y en las cuatro se ha colgado la plata: 1996, 1998, 2006 y 2016. Este domingo encara la quinta, ante Suecia.
España venció a Alemania con doce minutos mágicos y un parcial de 8-0. Este viernes toca Francia en semifinales, el peor rival posible, la bestia negra.
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