El Balón de Oro portugués encontró la única rendija, nunca mejor dicho, que dejó Gremio y le volvió a decir al mundo entero que allí estaba él.

El Balón de Oro portugués encontró la única rendija, nunca mejor dicho, que dejó Gremio y le volvió a decir al mundo entero que allí estaba él.
Con Cristiano, yo duermo más tranquilo. El día que se vaya (ojalá sea lejano), le valoraremos en su justa medida. Renato debe estar arrepentido.
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