Detrás de Rafa y de esa generación que supo seguir su ritmo en una época dorada, asoma la sequía, un desierto en el que no divisamos ningún oasis.
PorJuan Gutiérrez
Marcos Méndez de la Peña
Marcos Méndez de la Peña
Página1
Detrás de Rafa y de esa generación que supo seguir su ritmo en una época dorada, asoma la sequía, un desierto en el que no divisamos ningún oasis.
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