Pete Carroll parece estar apurando las últimas gotas de sangre de este proyecto deportivo antes de acometer una reconstrucción que no puede esperar mucho más.

El año pasado irrumpieron como uno de los grandes de la conferencia americana, pero la lesión de Derek Carr, su quarterback, dejó al desnudo el proyecto.

Dan Quinn se ha centrado en construir una defensa potente en previsión de que la marcha de Shanahan pueda afectar al rendimiento de su potentísimo ataque.

La elección de Deshaun Watson en primera ronda del draft parece una medida desesperada para intentar salvar un proyecto ambicioso sin quarterback.

Un buen draft puede solucionar los agujeros con estrellas jóvenes, pero no está claro que sea suficiente para dejar de depender tanto de Aaron Rodgers.

Los Steelers llegan tres años desplegando un ataque casi imparable, pero la defensa no encuentra la autoridad necesaria para aspirar al anillo.

La irrupción de los rookies Dak Prescott y Ezekiel Elliott, dio una nueva dimensión a un equipo que debería seguir por esa misma senda.

Los Patriots han fichado estrellas en la agencia libre para formar un equipo aún más temible y que quiere exprimir al Brady hasta la última gota.

El año pasado fueron víctimas de una sucesión interminable de errores puntuales y este año parece que han perdido profundidad y ganado demasiada edad.

Los Chiefs llevan siendo un equipo sólido y competitivo desde la llegada de Andy Reid, pero habían tocado techo y apuestan por Mahomes como revulsivo.

Han conseguido receptores de sobra, y han invertido en secundaria, para regresar a los playoffs después de nueve años de reconstrucción y sequía.

Los Titans han invertido con contundencia en mejorar su juego de pase y su secundaria, sus dos puntos débiles en un 2016 que terminaron con récord 9-7.

Si la línea ofensiva responde mínimamente, los Vikings pueden aspirar a todo con Bradford más protegido y el novato Dalvin Cook resucitando la carrera.

En cuatro primeras elecciones magníficas, los Bengals pueden haber resuelto gran parte de sus problemas, aunque siguen las dudas con su OL.

Los Giants seguirán teniendo una defensa dominante pero dependerán de Eli Manning para tener el ataque consistente que nunca apareció en 2016.

Un tridente estupendo de receptores y un front seven reconstruido convertían a los Dolphins en gallito de la Americana... hasta que Ryan Tannehill se lesionó.

Parece que la prioridad de Los Angeles Rams, y su única misión para 2017 es examinar a Jared Goff para valorar si puede ser un quarterback de futuro.

Los Chargers han hecho un draft magnífico y recuperarán a muchos jóvenes lesionados para aspirar a convertirse en uno de los equipos trampa.

Los Saints son todos los años mucho mejor equipo que el récord con el que acaban la temporada. Quizá haya que empezar a pensar que el problema sea Payton.

La plantilla de Jacksonville vuelve a ser monstruosa, está Coughlin para poner orden y Marrone ya ha demostrado antes que sabe gestionar buenos equipos.

Los Lions necesitan mantener la disciplina, al mejor Stafford, al mejor Abdullah y al mejor Ziggy Ansah si pretenden ser por fin competitivos.

Con Flacco perdiendo galones, un backfield sospechoso, OL, front seven y secundaria completamente reconstruidas, les espera un año difícil.

Los Eagles han reconstruido con un buen draft, pero también fichando un puñado de veteranos que ocuparán posiciones clave cuando quizá ya estén de vuelta.