Así los veo: previa NFL 2017 de los New York Giants
Los Giants tuvieron el año pasado la segunda defensa que menos puntos encajó de toda la NFL. Nada más y nada menos (la primera fue la de New England). Y este año han conseguido mantener en el equipo a diez de sus once titulares. Solo han perdido a Johnathan Hankins (DT) después de un tira y afloja en la agencia libre que no llegó a buen puerto y terminó con el jugador viajando a Indianapolis. Con todo, ni siquiera es la baja más grave que podían haber sufrido y la han intentado cubrir de inmediato eligiendo a Dalvin Tomlinson en segunda ronda del draft. El resto de las pérdidas sufridas en el bloque deberían ser inocuas y no tendrían por qué impedir que su rendimiento vuelva a ser sobresaliente en 2017.
Siempre es posible que sufran una implosión defensiva inexplicable como la de los Bengals en 2016, con todas sus estrellas rindiendo muy por debajo de sus posibilidades, pero no parece que, salvo epidemia de lesiones, eso pueda ocurrir en un equipo en el que Steve Spagnuolo, su coordinador defensivo, tiene las ideas muy claras y los huevos negros por el humo de mil batallas.
McAdoo está volcado con Eli Manning
Suponiendo que en defensa Landon Collins (SS), Janoris Jenkins (CB), Dominique Rodgers-Cromartie (CB), Eli Apple (CB), Olivier Vernon (DE), Jason Pierre-Paul (DE), Devon Keenard (LB) y compañía seguirán sembrando el pánico en las huestes rivales, entramos en el auténtico problema de Ben McAdoo. El entrenador principal fue aupado al puesto en sustitución de Tom Coughlin en enero de 2016 gracias a su prestigio como ‘mente ofensiva’, pese a que ahí sigue estando el auténtico talón de Aquiles de los Giants. Durante su etapa como coordinador ofensivo, McAdoo había puesto en marcha un plan fundamentalmente pasador que pretendía potenciar las virtudes de Eli Manning. El objetivo era que el quarterback siempre tuviera muchas opciones diferentes de pase en todas las distancias. El sistema nunca ha terminado de funcionar; unas veces por las lesiones en el grupo de receptores, otras por la falta de apoyo por parte de un backfield sólido y casi siempre porque la línea ofensiva no ha estado a la altura de las circunstancias.
Un ataque sin consistencia
Tras tantas decepciones, el año pasado hubo un cambio de percepción importante. Después de tanto tiempo echando la culpa al resto de sus compañeros, las críticas empezaron a focalizarse en el quarterback. Es cierto que el backfield era un cero a la izquierda; es verdad que Shepard se quedó un poco atascado a partir de octubre después de una irrupción fulgurante como rookie, que Victor Cruz fue una sombra de sí mismo, que no había un tight end sólido y que Vereen se perdió lesionado casi toda la temporada; pero la línea ofensiva fue la que mejor protección ofreció a su quarterback de toda la NFL a pesar de que siempre parecía cogida por alfileres y, pese a ello, Eli fue incapaz de mover las cadenas con un mínimo de consistencia en todo el año.
Esa falta de consistencia ofensiva fue la tumba de unos Giants que pese a todo llegaron a postemporada, pero que terminaron el año con sensación agridulce.
La última oportunidad para Eli
Todo apunta a que este año ha sido diseñado como la última oportunidad para Eli Manning, mientras se empieza a pensar en un proyecto sin él conduciendo el ataque. Brandon Marshall llega desde el barrio vecino para formar junto a Odell Beckham y Sterling Shepard un tridente sobrecogedor de receptores, Fluker puede resucitar en la Gran Manzana para apuntalar la línea ofensiva y en primera ronda del draft eligieron a Evan Engram, el tight end que Eli lleva añorando tanto tiempo. El quarterback ha rendido mucho mejor cuando ha tenido cerca un buen tight end como válvula de escape en los momentos más comprometidos. Si sumamos el regreso de Vereen tras su lesión, el quarterback tendrá muy complicado justificar otro fracaso.
Por si acaso, y como aviso para que Eli Manning empiece a ver peligrar su asiento, en tercera ronda eligieron a Davis Webb, un quarterback que necesita madurar, pero con talento suficiente como para sustituir a Eli a medio plazo si progresa adecuadamente y siguen las decepciones.
Sigue el agujero del backfield
Para muchos, su gran lunar de esta offseason es la falta de inversión en corredores. Sin embargo, el rookie Paul Perkins dejó muy buenas sensaciones en diciembre y merece otra oportunidad. Por si acaso, en cuarta ronda eligieron a Wayne Gallman, aunque los analistas no son muy optimistas sobre su capacidad para ser mucho más que un corredor de comité que pueda romper por su potencia y envergadura.
Con este panorama, todo parece quedar en manos de Eli Manning. Hay defensa, hay buenos receptores, hay una línea que puede ser sólida y un entrenador que mima a su quarterback como pocos en la NFL. Ahora toca ver si Eli es capaz de mover las cadenas y dirigir un ataque sostenido, que es lo que necesitan los Giants para tener aspiraciones, o vuelve a ser un quarterback errático que malvive a base de pases largos y grandes jugadas como el año pasado. A estas alturas, y vistos los antecedentes, no es buena cosa dejar tanta responsabilidad en manos del pequeño de los Manning. Aunque como dice el refrán, “a falta de pan, buenas son tortas”.
Mi pronóstico
Un año más, pronosticar la NFC Este es como jugar a la montaña rusa. Creo que los Giants deberían estar en la pomada todo el año. Incluso deberían aspirar a ganar su división y dar mucha guerra en postemporada. El problema es que para todo ello estarán en manos de Eli y a ese no me lo creo. Pese a todo, y con el apoyo de su defensa, les imagino quedando segundos de división con un récord 9-7 y luchando hasta el último momento para entrar en postemporada con el seed 6.
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