Así los veo: previa NFL 2017 de los Minnesota Vikings
La última década de Minnesota no se puede entender sin Adrian Peterson. Él era los Vikings. El alma, la bandera y el líder de un equipo que, pese a todo, solo alcanzó los playoffs en cuatro ocasiones durante su etapa y en tres de ellas perdió a las primeras de cambio.
Por eso, hoy todos los aficionados del equipo se sienten un poco huérfanos. El mejor corredor de la NFL en la última década, uno de los mayores talentos de siempre, se ha ido para vivir sus última etapa como profesional en Nueva Orleans. Y con un poco de suerte este epílogo puede también convertirse en el punto y final de una racha maldita en la que si en Minnesota algo podía salir mal, no solo salía mal, sino que esa desgracia daba lugar a una riada de nuevas desgracias.
Cuando todo sale rematadamente mal
El año pasado, los Vikings lo apostaron todo para ser aspirantes al anillo. Y lo hicieron siguiendo criterios objetivos. Su defensa era una de las mejores de toda la NFL, plagada de jugadores increíbles. Su juego ofensivo no era explosivo, pero liderado por Peterson y con Bridgewater progresando adecuadamente sí que podía ser suficientemente competitivo para aspirar a todo. Entonces llegó la lesión del quarterback, del running back, de John Sullivan, el center, que terminó cortado, de Matt Kalil, André Smith, Jake Long y Mike Harris, todos los tackles que había en la plantilla, de Sharrif Floyd, el defensive tackle… Y por mucho que ficharan a Sam Bradford, vendiendo hasta el alma por él, lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.
Incluso con toda esa tormenta perfecta jarreando sobre ellos, ganaron sus cinco primeros partidos y fueron el último equipo en perder la imbatibilidad. Tras lo que llegó la debacle final en forma de inexplicable dimisión de Norv Turner, coordinador ofensivo, y desprendimiento de retina de Mike Zimmer, su entrenador principal, que desde entonces ha sido operado del ojo derecho en ocho ocasiones para intentar recuperar la visión.
Resurgir de las cenizas
No creo que ningún equipo haya sufrido una sucesión de desgracias más increíble en la historia de este deporte. Y también creo que cuando a un vestuario le van las cosas tan rematadamente mal durante tanto tiempo, desarrolla una capacidad de sufrimiento, y una fortaleza mental para sobreponerse al derrotismo, que le puede hacer crecer hasta llegar a las estrellas.
Porque los Vikings, una vez más, van a por todas. Han sido uno de los equipos más activos en la agencia libre y han buscado, con precisión casi quirúrgica, reconstruir una línea ofensiva que implosionó completamente el año pasado, y fue la principal culpable de la debacle final. Sin olvidarse del resto de posiciones que debían ser retocadas.
¿Y si Sam Bradford fuera realmente bueno?
La primera cuestión a debatir es la calidad real de Sam Bradford como quarterback titular. El año pasado, Bradford fue casi infalible. Completó el 71,6% de los pases que intentó. El truco está en que eran pases tan cortos y fáciles que era imposible que los fallara. De hecho, solo sufrió 5 intercepciones, pero todas ellas fueron decisivas y llegaron en algunos de los poquitos pases en los que arriesgó. Muchos analistas consideran que volvió a demostrar que es un jugador insípido, sin carácter, e incapaz de poner ese plus que los buenos equipos requieren en esa posición para ser competitivos. Yo creo que tuvo que lidiar con una línea ofensiva lamentable que le obligaba a soltar el balón de inmediato para no ser atropellado y con un backfield inexistente, con lo que las defensas rivales podían centrarse en él sin miedo. Y pese a todo, consiguió mantenerse sano e hizo un buen trabajo que habría sido más que suficiente de haber tenido a su lado un running back consistente y una línea de verdad. Bridgewater ya está volviendo a entrenar y a Bradford solo le queda un año de contrato, pero creo firmemente que es muy buen quarterback y que, si el viento sopla solo un poco a su favor, puede demostrar que todavía puede tener por delante una gran carrera como titular.
La línea ofensiva y el backfield, reiniciados
Después de este acto de fe, los Vikings se lanzaron a reinventar una línea ofensiva dejando marchar a Matt Kalil, Mike Harris, Andre Smith y Brandon Fusco y anunciando el retiro de Jake Long. Del quintento titular que empezó la temporada 2016 solo quedan Alex Boone (LG) y Joe Berger (C). En la agencia libre ficharon a Riley Reiff (LT) y Mike Remmers (RT) y en tercera ronda del draft eligieron a Pat Elflein, un center que empezará jugando de guard. Nick Easton será el sexto hombre interior y estoy de acuerdo con todo el que diga que sigue siendo una línea regular tirando a mala. Tiene más experiencia que talento, pero sin duda mejorará lo que había.
La otra gran inversión del equipo ha llegado en un backfield que fue el hazmerreír de la liga con McKinnon y Asiata. 3,2 yardas de media por intento del equipo en la temporada explican que el de los Vikings (quién lo iba a decir) fuera el peor ataque terrestre de toda la NFL. En segunda ronda del draft perpetraron uno de los grandes robos del año eligiendo a Dalvin Cook, un jugador con talento suficiente para que el equipo púrpura vuelva a sembrar el pánico por tierra. Además, en la agencia libre ficharon a Latavius Murray, un corredor al que quizá el falte talento para ser líder de un backfield, pero que puede ser una bomba como relevo.
Receptores muy funcionales… y Treadwell
El grupo de receptores también se ha reforzado pese a que tenía una columna vertebral mucho más brillante de lo que pareció el año pasado. Steffon Diggs confirmó que es un número 1 rápido y escurridizo, Adam Thielen es un maravilloso receptor de slot y Kyle Rudolph un tight end top 5 de la liga si se mantiene sano. En la agencia libre ficharon a Michael Floyd, que ya dio positivo por alcohol en pretemporada y será complicado que entre en la lista definitiva, y en rondas medias y bajas del draft algunos chavales por si suena la flauta. La incógnita vuelve a ser Laquon Treadwell, elegido en primera ronda del draft de 2016 y que solo cogió un pase en toda la temporada de rookie por su inexcusable incompetencia. ¡Vaya chasco!
¿El mejor front seven de toda la NFL?
Donde los Vikings siguen teniendo dinamita es en defensa. Todas sus estrellas seguirán y los refuerzos deben mejorar las pocas bajas. Danielle Hunter, Everson Griffen y Brian Robinson (28 sacks entre los tres en 2016) seguirán siendo ends letales con relevos constantes y el gran Linval Joseph un tackle. El rookie Jaleel Johnson, elegido en cuarta ronda, peleará con Shamar Stephen y Tom Johnson por el otro tackle, mientras termina de recuperarse Sharrif Floyd, cuya lesión de rodilla no para de dar complicaciones. Eric Kendricks y Anthony Barr seguirán como linebackers estrella y el recién llegado Datone Jones, elegido en primera ronda por los Packers en 2013, podría asar del puesto de end al de linebacker exterior como ya hizo en su anterior equipo. En teoría, y si les respetan las lesiones, ese front seven puede ser el mejor libra por libra de toda la NFL.
En secundaria seguirán teniendo otros dos jugadores desequilibrantes con el cornerback Xavier Rhodes y el safety Harrison Smith. Terrence Newman, incombustible, seguirá siendo un seguro de vida a sus 39 años. Han perdido a Captain Munnerlyn pero no debe importarles demasiado porque Trae Wayners tuvo una gran progresión en su segunda temporada y éste puede ser el año de su despegue definitivo. Mackensie Alexander espera su oportunidad en una defensa con mucha profundidad en todas las posiciones excepto en la de safety, donde un fiable Andrew Sendejo (SS) acompaña a Harrison Smith (FS), aunque sigue sin haber un relevo de garantías en caso de lesión.
Recapitulando, parece que Mike Zimmer le ha pedido a Rick Spielman, el general manager, que trabajara para limitar los daños si hubiera una nueva epidemia de desgracias. Los Vikings no solo tienen una gran plantilla, también han reunido muchísimo banquillo y tienen profundidad salvo en la línea ofensiva y en el safety. No hay que olvidar que Sam Bradford acaba contrato y necesita demostrar su calidad a toda costa para que dentro de doce meses, cuando tenga 30 años, los equipos necesitados de quarterback se peguen por él. Si la defensa mantiene el nivel de los últimos dos años (en 2016 fue la sesta que menos puntos encajó pese a todo), Dalvin Cook juega como un corredor de primera ronda, y se olvida de los problemas legales que le llevaron a ser elegido en segunda, y la línea ofensiva muestra un mínimo de solidez, los de Minnesota serán legítimos aspirantes al anillo y uno de los equipos más rocosos de toda la NFL.
Mi pronóstico
El calendario de los Vikings no es especialmente complicado y la clave puede estar en sus cinco partidos como local antes del bye. Reciben a Saints, Bucs, Lions, Packers y Ravens. A priori todos son equipos competitivos y al menos deberán ganar a cuatro de ellos para llegar con opciones a la segunda mitad de la temporada. Creo que como poco conseguirán diez victorias (10-6), se clasificarán para playoffs y no me extrañaría verles en la final de conferencia e incluso en la Super Bowl. Pero eso ya lo pensaba el año pasado y ya visteis lo que pasó.
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