Campeonato mundial

Fernando se sube a ese monoplaza lamentable cada domingo con la intención y el anhelo de dar lo mejor de sí mismo, sin importarle mucho más.

Ha sido emocionante asistir en el recién terminado Mundial de Rusia al futuro, que ya es presente.

Me temo que funciona, a pesar de que también me temo que la orilla más romántica, ¿salvaje?, de este loco por el fútbol que suscribe, esperaba que fuera poco menos que un desastre.

Desde la jornada inaugural hasta la final han pasado 30 días. Pero han pasado sobre todo 64 partidos, un muestrario completísimo de cuanto el fútbol puede ofrecer hoy.

La nueva campeona mundial, Francia, lo es gracias al secreto más viejo del fútbol: saber qué hacer, cómo y cuándo, en todas las fases de un partido. Y es una selección muy joven.

El fútbol te suele quitar lo que te da y esta vez esos pequeños detalles que siempre habían caído del lado croata se volvieron en su contra...

Una vez de terminado el Mundial, llega la hora de ver los fríos datos que nos deja el VAR; luego cada uno haga la interpretación que considere oportuna.

Los reyes de las portadas, esos que se han repartido el Balón de Oro en los últimos diez años, eran meros testigos del mejor fútbol del planeta.

Ayer millones de franceses festejaron un triunfo que va más allá del deporte. Las últimas veces que se reunió el pueblo francés fue para llorar a sus muertos...