El torneo Guardianes 2020 llega en un contexto enrarecido: 131 días de sequía futbolística, varios cambios en el sistema de competencia y con el país aún inmerso en pandemia.
La avalancha del COVID-19 se llevó por delante al Clausura 2020 de la Liga MX. Por primera vez en la historia, el título de Primera División quedó vacante; el torneo, inacabado, debió ceder ante preocupaciones mucho más urgentes: la emergencia sanitaria, cuyas víctimas mortales ya se cuentan por decenas de miles. La cifra, con horror, incrementa día con día. El fútbol, para otra ocasión.
El barullo del periodo entre-guerras da para libro de aventuras. O para el guion de una comedia musical, según el cristal con el que se mire. En medio de la pandemia, de la cuarentena, de las restricciones de reunión, la Liga MX se sometió a cirugía mayor. La dirección del campeonato y los dueños de los clubes no perdieron el tiempo para llegar a un rosario de conclusiones tan rotundas como sorprendentes, no por su naturaleza, sino por la celeridad y su frecuencia. En un mes, la Liga MX extinguió y refundó a su división de ascenso; cambió de nombre, colores y sede a un club histórico; confirmó la abolición del descenso por los próximos seis años, con severas multas en sustitución para quienes promedien los tres peores puntajes; modificó el formato de competición; y hasta convirtieron el ocio en una liga virtual, no exenta de polémicas. Cuando la pandemia siguió (porque tampoco ha levantado), la Liga MX permanecía allí, lista para correr el telón. A pesar de los pesares. Y de la 'nueva normalidad', término cuyo significado es aún más ambiguo en una liga cuya 'normalidad' es el surrealismo.
La puesta en escena de la Liga MX sigue amenazada por el COVID-19, que no se ha esfumado del país. Por el contrario, los contagios aún se multiplican por miles. Los equipos no estarán encerrados una 'burbuja', como en la MLS y la NBA, que se recluirán en Orlando en un complejo tan sellado como un hospital, tan vigilado como un cuartel militar. Con un estricto y específico protocolo sanitario, sin público en las gradas (que serán ocupadas por los jugadores) y con el mínimo personal indispensable para la logística, la liga intentará sortear sus primeros compases aún en plena pandemia.
Al 1 de julio de 2020, la Liga MX había registrado 49 casos positivos por COVID-19 (32 en las últimas dos semanas, 85 acumulados en el corte del 23 de junio). Los ejemplos de Santos y Cruz Azul, que superaron la decena de contagios, fueron especialmente llamativos. Y alarmantes. La Liga MX, a través de su presidente, Enrique Bonilla, ha prometido hacer cumplir las medidas de salubridad recomendadas por la Secretaría de Salud y proteger a los involucrados en los partidos. No se permitirán los festejos grupales de gol, ni saludos entre jugadores, ni eventos protocolarios. Sí habrá medición de la temperatura corporal con termómetros infrarrojos, cubrebocas a mansalva, bolsas herméticas para que el futbolista deposite su uniforme tras el encuentro. La competición, bautizada 'Guardianes 2020', en homenaje al personal médico que ha velado con heroísmo por la salud de los mexicanos, tendrá dos frentes: uno, en las canchas; otro, fuera de ellas.
El impacto económico del COVID-19 en la Liga MX ha sido sustancial. Un informe publicado por El Míster dedujo que la cancelación del Clausura 2020 supuso para la industria del fútbol nacional, desde la misma liga hasta las televisoras, la pérdida de 3,943 millones de pesos. El mismo medio calculó pérdidas de entre 65% y 75% de los ingresos de los clubes en el primer semestre del año y que no será sino hasta 2022 cuando comiencen a sanear sus finanzas. Los equipos han dejado de recaudar por derechos de transmisión, boletaje, patrocinios, publicidad estática y, ante tal panorama, han recurrido a medidas inusitadas. Algunos, como Pachuca, León y Atlético San Luis acordaron la reducción temporal de los salarios de futbolistas. Pumas también anunció un “diferimiento parcial” de pagos, sin afectar a quienes menos ingresos perciben. Chivas reveló que jugadores, cuerpo técnico y directiva aceptaron un “esquema de sueldo diferido” a partir de abril, en tanto América hizo eco de una “propuesta” del primer equipo para diferir “un porcentaje de sus contraprestaciones en solidaridad con el resto de sus compañeros”. El proceso, en dado caso, ha carecido de transparencia. Eso sí, el consenso general, al menos según los posicionamientos oficiales, es que ni los equipos con límite edad, ni los representativos femeninos se verán afectados.
En tiempos de precariedad económica, los fichajes de bombo y platillo desaparecerán del panorama. Los clubes dependerán de intercambios y préstamos, más que de incorporaciones grandilocuentes. Según el sitio especializado en traspasos de futbolistas, Transfermarkt, la Liga MX contabiliza, al corte del 20 de julio de 2020, 398 operaciones (168 bajas y 230 altas, incluidos préstamos y ascensos desde divisiones inferiores), con un acumulado de 12.8 millones de dólares de gastos de transferencia de cara a la temporada 2020-2021; la inversión por club, en promedio, apenas supera los 700,000 dólares. La distancia respecto al año pasado es notoria: 872 operaciones, 171 MDD por gastos de transferencia y un promedio de 9 MDD de inversión por equipo; aunque cabe señalar que la cifra incluye las operaciones realizadas durante el mercado invernal. Hasta ahora, Atlas, Cruz Azul, Chivas, Mazatlán, Monterrey, Necaxa, Pachuca, Puebla, Pumas Querétaro, Santos, Tigres y Toluca no desembolsado ni un centavo en concepto de transferencias. La transacción más llamativa del periodo corresponde a Atlético San Luis, que reclutó los servicios de Mauro Quiroga a cambio de 4 MDD para las arcas del Necaxa.
La misma Liga MX es garante de la ‘austeridad’. Como resultado de la crisis del coronavirus, y en atención al nuevo modelo de control económico, impuesto desde octubre de 2019, la patronal no permitirá más la celebración de ‘dobles contratos’ por un mismo servicio entre clubes y jugadores-cuerpo técnico, ni que los equipos cumplimenten las obligaciones fiscales de sus integrantes. Los contratos de trabajo, además, deberán tasarse en pesos mexicanos y no en dólares, como sucedía hasta la pandemia. “Son pasos que estamos dando con el control financiero que nadie nos impone y que seguiremos avanzando y perfeccionando día a día”, refrendó Enrique Bonilla el 10 de junio de 2020.
Acaso la ‘nueva normalidad’ es el recato financiero. La acción tras bambalinas y los teatros bajo llave. Partidos rociados con alcohol y jabón, sonorizados por el solitario eco de las quejas y los alaridos de victoria o derrota. O, también, significa que todo cambia para seguir igual: las mudanzas de franquicias; la inusual eliminación del castigo deportivo de rebajar la categoría; el regreso a esquemas de competición que habían considerado en desuso (el repechaje) y que permitirá al 66% de los clubes aspirar al título después de un desempeño rácano. ¿Qué tan ‘nueva’ es la normalidad post-pandemia?
La noche del 15 de marzo, con un Clásico Joven frente a un Estadio Azteca en silencio, abrochó el Clausura 2020. La victoria de Cruz Azul 1-0 ante el América abrió paso a un periodo de cuarentena e incertidumbre. El fútbol mexicano (y, en realidad, el mundo completo) entró en un limbo en el que las noticias, rumores, contradicciones y delirios coparon los medios de comunicación. Un limbo de 131 días, en realidad. Sin contar las Copas GNP y Telcel, que carecen de oficialidad, 131 días es el tiempo en que el balompié nacional se ausentó. Es el lapso más largo sin actividad futbolística en el país. La cuarentena obligada por el COVID-19 superó los 98 días que separaron al torneo especial México ’86 del inicio de la temporada 86-87 del campeonato de Primera División.
La FIFA exigía entonces disponer de los estadios sede de la Copa del Mundo con tres meses de antelación. La Federación Mexicana de Fútbol tenía dos opciones: dividir la temporada en dos torneos cortos, o continuar el calendario sin modificaciones y celebrar la fase final del campeonato en las sedes de la Segunda División para liberar los inmuebles mundialistas a tiempo para los preparativos. El organismo se decantó por dividir el curso futbolístico 85-86 en dos competencias reducidas: PRODE ’85 y México ’86. El primero, en el que se coronó el América, al remontar en la final a Tampico Madero (5-4 global), duró tan solo tres meses: del 12 de julio al 6 de octubre de 1985. Cinco días después de la consagración de los ‘azulcremas’, arrancó el nuevo torneo que finalizó el 1 de marzo de 1986 con el primer título en la historia del Monterrey (3-2 global), que también sometió a ‘La Jaiba Brava’.
110 días transcurrieron desde el último partido del Clausura 2020, antes de su histórica cancelación, hasta el inicio de la Copa GNP por México. Contando dicha competencia, que no tiene caracter oficial, el lapso también sobrepasa los 98 días de 1986.
A diferencia de los 131 días de 2020, en 1986 el país sí que vivió con intensidad aquel periodo de asueto doméstico. Durante el transcurso de los 98 días trascurrió una Copa del Mundo en casa. Una de las mejores de la historia. Ni más ni menos.
Uno de los territorios que la Liga MX aún no había conquistado era ‘la Perla del Pacífico’. El 2 de junio de 2020 nació el Mazatlán FC, que es, en realidad, el cuerpo de Monarcas Morelia con una nueva y púrpura piel. Un capítulo más del rocambolesco historial de metamorfosis que suele escenificar el fútbol mexicano. Los mazatlecos heredarán la infraestructura deportiva y administrativa de ‘La Monarquía’, que deja atrás una historia de 70 años en la capital michoacana, un título de liga, uno de Copa, y postales para el recuerdo, como la época como técnico de Antonio 'La Tota' Carbaja, y los récords goleadores de Marco Antonio 'Fantasma' Figueroa.
El Mazatlán FC es la culminación de un proyecto de tres años del gobierno estatal del priista Quirino Ordaz. La administración, que entró en funciones en enero de 2017, inició en junio de aquel año la construcción de un estadio enclavado en una ciudad sin equipo de fútbol profesional. El gobierno de Sinaloa invirtió, en principio, 460 millones de pesos para la edificación. Las obras estaban proyectadas para finalizar en octubre de 2018; sin embargo, el proceso se demoró hasta mayo de 2020, en plena pandemia del COVID-19, cuando la constructora ya afinaba los últimos detalles. El 22 de mayo, Ordaz presumió el avance del levantamiento en un vídeo publicado en su cuenta oficial de Twitter. El costo total de la construcción excedió en 30% el presupuesto original; ascendió hasta los 652 MDP, reveló Mediotiempo. Mazatlán ya tenía listo un estadio exclusivo de fútbol. Moderno. Capacidad para 25,000 personas, zona de palcos, sistema de refrigeración para hacer frente a las altas temperaturas de la ciudad. Ahora solo faltaba equipo de fútbol.
Quirino Ordaz confirmó los rumores que ya se acumulaban desde mediados de mayo: “Sí, es real. Una negociación que hemos venido llevando a cabo de varios meses para acá”, mencionó el mandatario el día 27 de aquel mes al programa radial Línea Directa. En esa misma entrevista, refirió que la nueva franquicia se apropiaría de Monarcas Morelia. O, como el mismo club ha dado rienda en sus redes sociales, ‘arrebataría’. “Eso depende de la FMF y de las últimas negociaciones que están haciéndose ahorita con Monarcas. Tienen interés de salir de Morelia por razones que solo ellos saben y les interesa venirse a Mazatlán”, desveló. La catarata de rumores y versiones cruzadas, bañó el flujo noticioso durante los días posteriores. La afición ‘purépecha’ convocó a manifestaciones desde el 24 de mayo, sin 'sana distancia', que no encontraron eco en la directiva. La decisión estaba hecha. El 30 de mayo, camiones de mudanza se apostaron en el Estadio Morelos y el 2 de junio Enrique Bonilla validó el secreto a voces: Monarcas había dejado de existir.
La plantilla del novel club es, básicamente, la misma que defendió los colores de Monarcas Morelia en el Clausura 2020; ahora, ataviados de morado. Permanecen Sebastián Sosa, Gonzalo Jara, Aldo Rocha, Jorge Valdivia, Fernando Aristeguieta, piezas esenciales del esquema de Pablo Guede, quien puso destino con rumbo a Tijuana mientras el equipo alistaba las valijas. Su lugar ya es ocupado por Francisco Palencia, quien vuelve a escena después de un año sabático en Barcelona, un exilio forzado después de sus turbulentas experiencias en Pumas y Lobos BUAP, plantilla que comandaba cuando, de un día para otro, fue absorbida por FC Juárez en junio de 2019. Una mezcla de continuidad con misterio es Mazatlán FC, que bautizó a su reluciente estadio ‘El Kraken’, en referencia a la colosal medusa-calamar a la que la mitología nórdica atribuía las desapariciones de los navíos que surcaban los mares del norte de Europa. Un estadio que, como el ‘Kraken’, ansia devorar a quien ose perturbar las aguas de 'la Perla del Pacífico'.
Así será el formato de competencia
El repechaje está de vuelta en la máxima categoría del fútbol mexicano; ahora, con mayores posibilidades de entrar a la fase final del torneo. Por primera vez clasificarán 12 equipos, medida instaurada para elevar la expectación de los aficionados y que también supondrá estímulo económico para los clubes ante la cancelación del Clausura 2020 por la pandemia del coronavirus.
Después de desarrollarse las 17 jornadas del torneo regular, los primeros cuatro clasificados avanzarán de forma directa a la fase de cuartos de final. Los posicionados del 5º al 12º serán participes de la reclasificación a partido único, desarrollado en el campo del mejor colocado en la tabla general. Los cruces serán 5º vs. 12º, 6º ante el 11º, el 10º visitará al 7º y el 8º jugará ante el 9º. En la fase de los mejores ocho, semifinales y final, el formato se mantendrá a visita recíproca.
No hay descenso
En abril de 2020, Enrique Bonilla confirmó que no habrá descenso por los próximos cinco años. En lugar del desaparecido Ascenso MX estará la Liga de Desarrollo, en la que los clubes recibirán 20 MDP anuales por las próximas cinco temporadas. Esto servirá para lograr un crecimiento económico y deportivo en las instituciones. Se espera que en el futuro la gran mayoría de los participantes de esta categoría puedan cumplir con todos los requerimientos para jugar en la Liga MX.
Las multas a los últimos tres lugares
A pesar de la desaparición del descenso en la Liga MX, seguirá existiendo un castigo para los peores clubes de la tabla del cociente, solo que ahora se verá reflejado en sus bolsillos. El último lugar deberá pagar 120 MDP; el penúltimo, 70 MDP; y el antepenúltimo, 50 MDP. En caso de que un equipo reincida en los últimos puestos de la tabla del cociente en torneos posteriores, deberá abonar 20 MDP adicionales. El dinero recaudado irá a los clubes de la Liga de Expansión, como parte de la recuperación económica de la división.
Cinco clásicos en un mes
La segunda mitad de septiembre y el arranque de octubre vibrará con los partidos más esperados por la afición en el Guardianes 2020. El primero de ellos será el Clásico Nacional, cuando el sábado 19 de septiembre Chivas visite el Estadio Azteca para enfrentarse al América. Una semana más tarde, el sábado 26 de septiembre, Monterrey se detendrá durante 90 minutos con el Clásico Regio entre Rayados y Tigres en el Estadio BBVA. Al siguiente día, el domingo 27 de septiembre, el Clásico Joven se vivirá en el Coloso de Santa Úrsula, donde 'La Máquina' fungirá como local ante 'Las Águilas'.
El sábado 3 de octubre se paralizará el sur de la capital del país con el Clásico Capitalino entre América y Pumas, a desarrollarse en casa azulcrema. El cerrojazo a la época de clásicos será en la Perla de Occidente, donde Guadalajara y Atlas tendrán una edición más de la rivalidad más antigua del balompié azteca, el Clásico Tapatío, el sábado 17 de octubre, en el Estadio Akron.
El mercado de traspasos ha destacado por su inactividad, debido a la crisis económica que afrontan los equipos a raíz de la pandemia del COVID-19. Sin embargo, el electrocardiograma mostró algunas señales de vida. Felipe Pardo, Renato Ibarra, Mauro Quiroga, Alfredo Saldívar y Alfredo Talavera son algunos de los nombres propios del periodo de fichajes.
Una mezcla de juventud con experiencia. Todos ya han sido seleccionados nacionales. Algunos ya viven la parte final de sus carreras, como Ochoa y Giovani, y otros son estelas en ascenso, como Rodríguez y Macías. Un XI balanceado, con desborde y profundidad, con solidez defensiva y alternativas por los costados.
Las figuras del extranjero se han convertido de uno de los principales atractivos de la Liga MX. La mayoría han desfilado por sus selecciones y son referencia en sus países. Su calidad está comprobada. Desde la solvencia de Nahuel Guzmán, la solidez de Nicolás Sánchez, el control de Pizarro y Yotún en el centro del campo, el poderío de Jonathan Rodríguez, el dominio goleador de André-Pierre Gignac. Un equipazo que nada tiene que pedirle a un combinado de cualquier liga.
El talento foráneo siempre ha sido una constante en la Liga MX, ya sea en épocas de crisis o en bonanza. La consolidación de Federico Viñas en América, el toque de Leo Fernández y su potencial dupla con Gignac en Tigres... No hay que quitar la vista de encima de estas figuras en ciernes.
Las canteras de la Liga MX siguen generando prospectos de buen pie. Muchos ya se han probado con selecciones menores o, incluso, con el Tri mayor. Son el futuro del fútbol mexicano y el Guardianes 2020 podría significar su explosión en estrellas. Varios ya son referencia en sus equipos y se han ganado el puesto de titular. Toca dar el siguiente paso.