Del feliz choque de Wembley hemos coincidido en destacar más que nada el papel de Saúl, tanto por la excelencia de su partido como por lo que significa de parteaguas entre épocas.
Hace apenas dos meses Silva era una de nuestras esperanzas. Iba a empezar el Mundial, era el hombre fuerte de Lopetegui, fijo en todas sus alineaciones.
Pasamos primeros de grupo, pero de puro milagro. Jugando mal ante Marruecos, con los violinistas, salvo Isco, desafinados.
El lío es el nueve, pero no sólo el nueve
¡Qué barbaridad! Cuidado que hemos visto veces jugar bien a Nadal, pero esta fue de las mejores
Lopetegui dio su lista para el Mundial, sobre la que hay poco o nada que discutir
El tacto y la conducta del nuevo balón (el Telstar 18) provoca inquietud en los porteros y Alves viene a darles la razón al explicar que es “óptimo para el que chuta y pésimo para el que para”.
Hace ya bastantes años leí en El Gráfico un trabajo de Menotti titulado: ‘Pequeñas sociedades hacen grandes equipos’.
El año de Silva