
El año pasado irrumpieron como uno de los grandes de la conferencia americana, pero la lesión de Derek Carr, su quarterback, dejó al desnudo las costuras del proyecto.

Con un nuevo staff y muchas dudas en el puesto de quarterback, los Broncos reiniciarán un nuevo proyecto en el que ya tienen bastante trabajo adelantado.

Kyle Shanahan ha conseguido que los ataques a su cargo hayan jugado por encima de sus posibilidades, pero en San Francisco se enfrenta a un reto más difícil todavía.

El año pasado fueron víctimas de una sucesión interminable de errores puntuales y este año parece que la plantilla ha perdido profundidad y ganado demasiada edad.

Pete Carroll parece estar apurando las últimas gotas de sangre de este proyecto deportivo antes de acometer una reconstrucción que no puede esperar mucho más.

Dan Quinn se ha centrado en construir una defensa potente en previsión de que la marcha de Shanahan pueda afectar al rendimiento de su potentísimo ataque.

Los Panthers parecen cogidos por alfileres en varias posiciones clave y dependerán de que todo se les ponga de cara y de que Cam Newton recupere el nivel de 2015.

Los Saints son todos los años mucho mejor equipo que el récord con el que acaban la temporada. Quizá haya que empezar a pensar que el problema sea Sean Payton.

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