La receta que necesita Bale: un poco de confianza, un poco de suerte, un gol y la afición cantando su nombre, esperando al jugador que todos hemos visto
En los partidos de verdad, en esos en los que puede pasar cualquier cosa, las victorias se explican a partir de mil situaciones que tienen que ver con...
Michael Carrick, el excentrocampista del United y ahora ayudante de Mourinho, reconoce en su autobiografía que la selección inglesa nunca supo utilizarle bien.
En el Madrid saben perfectamente el funcionamiento de Bale, estén o no de acuerdo. Trata su cuerpo como un templo, o mejor, como un coche de Fórmula 1.
Cuando un entrenador decide criticar a sus jugadores en público, lo suele hacer con el objetivo final de mejorarlos. Es una de las tácticas favoritas de José Mourinho.
Gareth está para que le dejen jugar en el centro neurálgico del ataque del Madrid. Sean valientes. Dejen de desconfiar. Permitan que Bale explote.
Michael Robinson jugó solamente 52 partidos en año y medio en Anfield, pero lo suyo fue de cuento de hadas. Jugó en el club al que su padre le llevaba los sábados.
Fue uno de esos Clásicos en que el aficionado extranjero debió empezar a ver con el rabillo del ojo, pero que poco a poco fue atrayendo el interés de todos.
Como era de esperar, los tropiezos del City se han celebrado en Madrid pero también en Cataluña. Es el precio que deben pagar los que innovan
Al día siguiente pidió que le compraran un club. Aunque le quede el sueño frustrado de fichar a Guardiola, ha ganado. Y mucho.
¿Fue la entrevista de Thibaut Courtois una llamada al Real Madrid? No del todo. O, mejor dicho, lo que dijo le salió del alma: adora la ciudad de Madrid.
El Real Madrid de las grandes victorias, el de hace dos telediarios vamos, necesita un impulso. Por eso ya han empezado las conversaciones con Eden Hazard.
El galés volverá a ser clave. Y, si las lesiones no le castigan, nos olvidaremos de que estuvo un año siendo una sombra de lo que puede ser.
El Chelsea mostró contra el Atlético la personalidad de los grandes equipos. Y tiene el talento suficiente para ganar cosas.
Conte, exigente como pocos, tiene a todo el mundo al filo del ataque de nervios. Eso les ayuda a competir, pero a nadie le gusta estar tanto tiempo en esa zona de incomodidad.
Los ingleses no querían, pero el grupo que les ha tocado les da barra libre para sacar esa sensación de que están a punto de hacer algo importante
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