El Madrid le dio un baño al United, como se lo dio a la Juventus. Ahora no sólo gana, como dicen los del “ADN” y esas cosas, sino que...
A todos los futboleros nos gusta especular con los fichajes veraniegos. Se disfruta haciendo equipos con las figuras que van incorporando los equipos.
El cambio de general manager ha hecho que la franquicia apriete el acelerador de una reconstrucción que, salvo sorpresa, necesitará otro año para ser efectiva.
Los Patriots han fichado estrellas en la agencia libre para formar un equipo aún más temible que el que ganó la Super Bowl y que quiere exprimir al Brady hasta la última gota.
Los Jets han trabajado a fondo para reinventar su secundaria, pero han dejado en ruinas el resto del equipo en busca del número 1 del draft sin complejos para reconstruirse en 2018.
Los Lions necesitan mantener la disciplina, al mejor Stafford, al mejor Abdullah y al mejor Ziggy Ansah si pretenden ser por fin competitivos en el momento de la verdad.
El año pasado irrumpieron como uno de los grandes de la conferencia americana, pero la lesión de Derek Carr, su quarterback, dejó al desnudo las costuras del proyecto.
Con un nuevo staff y muchas dudas en el puesto de quarterback, los Broncos reiniciarán un nuevo proyecto en el que ya tienen bastante trabajo adelantado.
Kyle Shanahan ha conseguido que los ataques a su cargo hayan jugado por encima de sus posibilidades, pero en San Francisco se enfrenta a un reto más difícil todavía.
El año pasado fueron víctimas de una sucesión interminable de errores puntuales y este año parece que la plantilla ha perdido profundidad y ganado demasiada edad.
Pete Carroll parece estar apurando las últimas gotas de sangre de este proyecto deportivo antes de acometer una reconstrucción que no puede esperar mucho más.
Dan Quinn se ha centrado en construir una defensa potente en previsión de que la marcha de Shanahan pueda afectar al rendimiento de su potentísimo ataque.