El extraño verano del Atlético
A todos los futboleros nos gusta especular con los fichajes veraniegos. Se disfruta haciendo equipos con las figuras que van incorporando los equipos. Por la sanción FIFA, este es un verano extraño para los aficionados del Atleti que deben imaginar el equipo que tendrán con los refuerzos de campanillas desde enero. Aun así se exige que los fichajes se realicen con la misma premura de un verano normal. Por eso hubo que acelerar para fichar a Vitolo y se debe cerrar ya la contratación de Costa.
Y en el caso del regreso del delantero la urgencia aumenta porque su llegada está vinculada a la lógica renovación de contrato de Simeone. No sería aconsejable iniciar la temporada sabiendo que el Cholo acaba el 30 de junio de 2018, con toda la inestabilidad que la incertidumbre sobre la continuidad del líder conlleva en la armonía de un vestuario en el que alguna estrella como Griezmann se ha quedado para hacer un favor al Atleti (previo espectacular aumento de sueldo), pero tiene la cabeza lejos del Atleti.
El anuncio de la ampliación de contrato de Simeone sería una inyección de optimismo para sus devotos, que necesitan buenas noticias y referencias de la idiosincrasia atlética después de vivir tantos cambios radicales (nuevo escudo, nuevo estadio, nueva camiseta, nuevo himno) en tan poco tiempo. Mientras tanto, el Cholo ha decidido renovar a los veteranos poniéndoles el cupo de 25 partidos. Torres, la imagen mundial del Atleti que ya no volverá a irse, lo ha aceptado y ahora deben hacerlo Gabi y Juanfran. Pero primero, una vez logren comprar a Costa (si hay que pagar 50 millones, tienen que pagarlos) deben atar al Cholo otra vez hasta 2020.