Este término puede proceder de la antigua Copa Davis, en la que se disputaban finales previas de zona. La palabra suena muy vendedora, y sirve de reclamo periodístico y deportivo.
El atril en el que iba a hablar Cristiano al término de su declaración fue brevemente ocupado por uno de sus asesores de imagen, al que le tocó hacer un papelón.
El lenguaje de cierta violencia ya puebla desde antiguo el vocabulario del deporte. Se dice “cañonazo”, “cañonero”, “obús”, “disparo”, “bombear”, “asedio”…
Este anglicismo no sólo se usa en el golf, sino también en el surf. El término procede del escocés, que lo tomó a su vez del francés.
Lo que ha sucedido con Vitolo requiere una mano como la que hizo el mejor relato de Gabriel García Márquez, El coronel no tiene quien le escriba.
Los franceses se salieron por la tangente para denominarlo “juego decisivo”. Lo que no procede es llamarlo “muerte súbita”, porque se puede perder y continuar jugando.