Duele. Y porque duele tengo que escribirlo. Sólo alguien tan especial como tú habría reservado el primer gol en sus redes a un tal Luis Aragonés.
Las luces comienzan a apagarse en nuestra casa, como si muriera parte de nuestra vida sabiendo que renacerá como el ave fénix en nuestro nuevo Metropolitano.
No se puede decir que el Vicente Calderón haya sido un estadio en el que Deportivo disfrutase, todo lo contrario: tres triunfos en 26 visitas.

Ayer fue una tarde diferente. Olía a despedida, te veía diferente y desprendías nostalgia. Iba a ser la última vez en que nos viéramos.
A la mudanza al Wanda Metropolitano, se suma el cambio del escudo, la modificación del look de la mascota y el diseño de las camisetas. Todos los cambios han llegado de golpe.

No es un hasta pronto que me decía en cada último partido de Liga desde que tengo uso de razón, es un hasta siempre, porque eso es lo que tendré en mi memoria.
Los malaguistas recuerdan con cariño el 7 de mayo de 2011. Primer año de Al-Thani como propietario y presidente. Aquel 0-3 en el Calderón fue el origen del Málaga de Champions.

Es una broma común entre el sevillismo que el mismo Monchi reconoce: ha sido, por mucho, mejor director deportivo que portero en Nervión.

El Athletic rompió un gafe histórico ante el Castellón. Se bajó a los jugadores del autobús y se les subió a un camión para celebrar el título.

Muchos equipos han pasado por el Calderón en sus más de 50 años de historia. Ésta es la visión de las mejores vivencias de los diferentes clubes. El primero, el Betis.

Corría el año 1980 y corría Rubén Cano para embolsarse un cambio de banda celestial de Dirceu... pero mi historia empieza antes.
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