

El Clásico siempre es un concierto distinto. Gran duelo: dos grandes porteros ante los mejores artilleros.

Personalmente, siempre estuve a favor del fichaje de Paulinho. Perdón, de Bezerra. Vaya por delante que yo soy un tipo con manías innumerables que abarcan incontables ámbitos.

El Barça llega con un colchón de once puntos de ventaja (pero con un partido más), por lo que sabe que hoy puede dar un puñetazo por la Liga, como nos recuerda Santi Giménez.

Como cambia el cuento

Este de hoy bien podría pasar al recuerdo como el Clásico del Vermú, por su impactante horario. A muchos de los asistentes les molesta, y también a muchos de los que no irán.

Es hora ya que el Madrid recupere definitivamente su imagen de club que cuida la pelota y que construye sus triunfos con un juego elegante y ofensivo.

El corazón colchonero lo tiene claro. Siempre voy a ir con el rival que juegue contra el Madrid y mucho más si es el Barça de Messi.

El Madrid nunca se rinde y Roncero está convencido de que los de Zidane han recuperado el ánimo para ofrecer de nuevo su mejor versión.

Sánchez Martínez se presenta ante un Clásico, que es el partido que a todos los árbitros nos gusta arbitrar, pero que te da poco si lo sacas bien y te penaliza mucho si lo haces mal.

Página12