
Como cambia el cuento

Este de hoy bien podría pasar al recuerdo como el Clásico del Vermú, por su impactante horario. A muchos de los asistentes les molesta, y también a muchos de los que no irán.

Es hora ya que el Madrid recupere definitivamente su imagen de club que cuida la pelota y que construye sus triunfos con un juego elegante y ofensivo.

El corazón colchonero lo tiene claro. Siempre voy a ir con el rival que juegue contra el Madrid y mucho más si es el Barça de Messi.

Sánchez Martínez se presenta ante un Clásico, que es el partido que a todos los árbitros nos gusta arbitrar, pero que te da poco si lo sacas bien y te penaliza mucho si lo haces mal.

El Madrid nunca se rinde y Roncero está convencido de que los de Zidane han recuperado el ánimo para ofrecer de nuevo su mejor versión.

El Clásico siempre es un concierto distinto. Gran duelo: dos grandes porteros ante los mejores artilleros.

Personalmente, siempre estuve a favor del fichaje de Paulinho. Perdón, de Bezerra. Vaya por delante que yo soy un tipo con manías innumerables que abarcan incontables ámbitos.

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