Detrás de Rafa y de esa generación que supo seguir su ritmo en una época dorada, asoma la sequía, un desierto en el que no divisamos ningún oasis.
PorJuan Gutiérrez
Página1
Detrás de Rafa y de esa generación que supo seguir su ritmo en una época dorada, asoma la sequía, un desierto en el que no divisamos ningún oasis.
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