Aficionados del Atlas rezan por involucrados en violencia
Cientos de seguidores se reunieron en el Estadio Jalisco, donde paramédicos recibieron en la madrugada a quienes venían lastimados de Querétaro.
La madrugada de este domingo fue diferente en el Estadio Jalisco. Cientos de aficionados del Atlas e incluso de Chivas, acudieron a dejar veladoras junto al escudo rojinegro, para unirse en oración por el bienestar de los seguidores que sufrieron una muestra de violencia como no se había visto en el futbol mexicano, durante la visita de los Zorros a Querétaro.
En varios momentos de la noche, los aficionados se tomaron de las manos para rezar el Padre Nuestro y el Ave María. Algunos lloraban junto a las veladoras, al no saber todavía sobre sus familiares que hicieron el viaje. Otros respiraban más tranquilos al haber localizado a sus conocidos, algunos de ellos hospitalizados en Querétaro.
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Cerca de las 02:00 horas de este domingo, llegó el primer camión con aficionados procedentes de Querétaro. Dos de los que que viajaron de ida ya no volvieron a la Perla Tapatía. En otra van arribaron 16 personas, de las 20 que habían salido de Guadalajara. Una ambulancia y diversos paramédicos ya esperaban para atender a quienes vinieran lastimados.
Viaje familiar termina en pesadilla
Leo, uno de los afectados por la violencia vivida en Querétaro, cuenta su experiencia. Lo que originalmente era un viaje familiar, terminó convertido en pesadilla. Además, confirma lo que las imágenes ya habían revelado: en La Corregidora no había policías municipales ni estatales. Únicamente estaban elementos de seguridad privada, sin la capacitación para manejar una situación con la que se suscitó.
“Fue un viaje familiar, mi mamá, mi papá, mis dos hermanos y mi novio. Fuimos a Peña de Bernal, de ahí nos pasamos al partido. Ahí empezaron golpes por todos lados, de repente se nos brincaron por todos lados nos llegaron. Corrí con mi mamá y con mi novia protegiéndolas hasta la cancha. Hay varios videos donde les están pegando a mis hermanos con su camisa. Cuando nos dejaron, salimos corriendo al estacionamiento. Ahí gente de Querétaro nos ayudó a ir por camisas y regresar al estadio en camión. A mi novia y mi mamá sí les pegaron. Es una impotencia que no puedes hacer nada, eran como 15 contra mí y mis hermanos, no se puede hacer nada”, explicó Leo.
“No me importaban los golpes, yo quería proteger a mi novia y mi mamá, pero se separaron. La verdad no teníamos seguridad a un lado, pura seguridad del estadio, no policías estatales o municipales, no hubo ninguno. Llegaron por todos lados y policía nunca hubo. Todavía afuera les pedimos ayuda, íbamos sin camisa, mi novia y mi mamá golpeadas. Les dije que nos ayudaran con lo que tenían ahí, dijeron que no podían hacer nada. Tubos, piedras, láminas, sillas, fue todo lo que vi. Yo nunca le pegaría a una mujer, a un niño, a un viejito. Es lo que yo no haría, pues”, concluyó.
“Temí por mi vida”
Por su parte, Omar, otro de los aficionados que llegó a Guadalajara durante la madrugada de este domingo, relató lo que vivió en La Corregidora. Reconoce que en el andar junto a la barra, ha pasado por muchas experiencias relacionadas con la violencia, pero nada como lo vivido la tarde de este sábado en Querétaro, donde incluso temió por su vida.
“Llegamos desde muy temprano, fuimos a un pueblo mágico, Peña de Bernal. Ahí estuvo todo la verdad muy tranquilo, no tuvimos agresiones de nada, pero sí en cuanto llegamos a las inmediaciones del estadio, ahí empezaron las agresiones, desde la afición hasta la policía, la verdad que fue un trato que no es normal. Nadie hacía nada, estaban todos muy en contra de nosotros. Inició el juego y empezaron a brincarse de los dos lados. Empezamos a tener agresiones de la planta alta, por un lado y por otro. Fue cuando abrieron la reja para brincarnos a la cancha. Yo sí me resguardé ahí, fue cuando empezaron agredir a compañeros con los que iba. Yo me metí a la cancha, empezaron a brincarse también a la cancha y ahí también sufrimos agresiones. Hasta que de plano me tuve que meter al área de vestidores del estadio y ahí me resguardé”, relató.
“Sinceramente sí (temí por mi vida), sí porque ya no sabíamos ni por dónde nos atacaban. Estábamos invadidos y aparte había gente que no estaba en el estadio, abrieron las puertas y empezó a meterse gente que estaba en el exterior, que no estaban en el partido. No vi un solo policía, dentro del estadio no había un solo policía. Estaba la gente de seguridad privada del estadio, pero no tienen la capacidad para tratar un caso así”, añadió Omar.
Considera que lo vivido puede catalogarse como una emboscada. “Sí, de hecho hay imágenes que se ve que le abren la puerta y entran todos. Incluso se vio personas que traían armas. Nosotros nos fuimos en una van, éramos 20 personas y nada más regresamos 16. Hay dos personas graves, heridas en el Hospital Regional de Querétaro y las otras dos no supe qué fue de ellos. La verdad siguiendo al equipo te topas de todo, pero no pasaba de riñas y esto fue algo que sinceramente me asusté. Sí fue algo impresionante. Sí vi gente tirada, pero no sé si estaban inconscientes o ya sin vida”, concluyó.