El PSG no habla fútbol
Este fin de semana inicia la liga francesa. No se preocupen, porque no hablaré de una liga que a nadie interesa, pero sí del amo, dueño y señor. Es un hecho, como todos los años, que el campeón será el PSG, eso no es sorpresa. Pero también es un hecho que será el único título de su temporada; porque antes de iniciar actividades vuelvo a firmar que los parisinos no ganan la Champions.
Es muy difícil competir en el máximo nivel europeo cuando tu liga no es competitiva y no te exige. Llegas a medirte a los mejores clubes: oxidado, sin ritmo de juego y con un rendimiento mucho menor al que demanda la Champions League. Encima de todo, el PSG es un equipo con un presupuesto enorme, pero con un profesionalismo mínimo; parece más un equipo amateur que un equipo de élite.
En la pretemporada han goleado en prácticamente todos los partidos que han jugado, contra clubes japoneses... También es una realidad que se filtró la información de que la eliminación contra el Madrid sigue pesando y haciendo sombras en el vestuario parisino. Se habló de contratar a un psicólogo deportivo; perdón, pero si a estas alturas y con los malos resultados de los últimos años, el equipo no cuenta con ayuda psicológica profesional, es que parece el club de miss Gaby; a eso me refiero, entre otras cosas, a la falta de profesionalismo.
Es una jaula de oro, donde llueve el dinero, los caprichos y rueda poco el fútbol, el hambre y los triunfos. Los futbolistas parecen perder el gusto por el deporte y es más la inseguridad en un grupo de estrellas que el talento que existe en todos ellos y que no ha explotado como deberían.
En una plática con un amigo durante el fin de semana pensamos en que podría ser el último año del PSG como proyecto. Es el año del Mundial de Qatar y la incertidumbre de que los jeques quieran seguir invirtiendo después de la gran fiesta del fútbol es latente. Además, Messi tiene 35 años y su rendimiento es claramente menor. Mbappé es ahora el mandamás del equipo en todos los niveles y la expectativa en él es más fuerte que nunca en un año en el que Francia tiene altas posibilidades de romper la maldición de los campeones del mundo: desde el Brasil de los 60 ninguna selección repite.
¿Motivación o presión? ¿Qué podrá más? Para mí, el PSG ha sido un equipo perdedor cuando ha estado más holgado. Creo que la presión y los fantasmas se lo van a comer. Messi tiene más esperanza y más deuda con Argentina en un Mundial que con el club que lo ha inflado en dinero. Neymar ya no se siente parte del equipo, ni querido, ni valorado. Donnarumma es un mar de dudas y de inseguridad, se sabe en gran parte el responsable de la eliminación en Champions ante el Madrid.
Un equipo sin liga, sin fútbol, sin rumbo, sin líder, con dudas, fantasmas e inseguridades. Un equipo lleno de talento y de dinero, sin cultura futbolística, ahora secuestrado por un jugador de 23 años. Un año mundialista, lleno de presión, con una deuda histórica y un ciclo a punto de terminar. Futbolistas sin ganas de fútbol. El PSG es el club más amateur, el PSG no habla fútbol.