
Pero ya es tiempo de dejar de pensar en lo que pudo ser y no fue. El riesgo actual es que el Espanyol se estanque también en el césped y caiga en el desánimo.
PorAlberto Martínez

La semana política más tensa en Barcelona no podía acabar de otra manera en la capital catalana que no fuera con esa dualidad entre la prisa ...
PorIván Molero

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