
Cuando el Madrid zarandeó en la segunda parte a la Juve, la batuta de Luka Modric dirigió una vez más la orquesta. Su jugada en el tercer gol fue antológica.
PorJesús Gallego

PorAlfredo Relaño

Página10
Cuando el Madrid zarandeó en la segunda parte a la Juve, la batuta de Luka Modric dirigió una vez más la orquesta. Su jugada en el tercer gol fue antológica.
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