Porsche Taycan: la producción llega a 100,000 unidades
El primer modelo eléctrico de la marca alemana es todo un éxito en ventas a nivel mundial.
A tres años de su inicio de producción -septiembre de 2019- en la planta de Zuffenhausen, el Porsche Taycan ha alcanzado las 100,000 unidades producidas.
Seguramente de no ser por la pandemia y la escasez de chips provocada por la misma, esta cifra emblemática de producción se pudo registrar con anterioridad debido a la alta demanda que existe en todo el mundo por el primer auto eléctrico de Porsche.
Actualmente, los tres principales mercados para el Porsche Taycan son Estados Unidos, China y Reino Unido/República de Irlanda. Respecto a las versiones, está disponible con cinco opciones de propulsión, tracción trasera o total y tres configuraciones de carrocería: sedán y dos alternativas de station wagon.
Mientras que la versión Taycan 4S ofrece la mayor autonomía -513 kilómetros-, el Taycan Turbo S tiene el récord del auto eléctrico de producción más rápido en el circuito de Nürburgring Nordschleife al registrar un tiempo de 7 minutos y 33 segundos.
Otro dato interesante del Taycan, es que se ha colocado como el tercer modelo más vendido de Porsche situándose por debajo del Cayenne y Macan, y superando al icónico 911 y al Panamera.
No solo el Taycan en sí mismo es sostenible y tecnológico, sino también sus métodos de producción vanguardistas. Para ello, en Stuttgart-Zuffenhausen se ha construido una avanzada planta de producción, con nuevas tecnologías y procesos. Se recurre a la inteligencia artificial (IA) para la producción de las cadenas cinemáticas eléctricas.
Por ejemplo: gracias al “aprendizaje automático”, al estampar el número de la transmisión y prefijarla, las cámaras evalúan la calidad con mayor precisión que los sistemas de control convencionales sin IA. Esto también reduce la carga de trabajo del personal de producción, ya que tiene que hacer menos comprobaciones de seguimiento.
En el ámbito de los procesos y la tecnología de conservación de recursos es la recuperación de energía de los robots. Al igual que en el Taycan, la energía cinética se convierte en energía eléctrica durante los procesos de frenado y se almacena mediante un condensador de alto rendimiento. Cuando el robot acelera, se aprovecha esa energía recuperada.