Adrián López: Periodismo en México, ingrato, pero siempre recompensa

“Lo importante es que nos dejen hacer nuestro trabajo”. Estas palabras salen como detonante de una cruda realidad que vive México, donde el 98% de los asesinatos de periodistas quedan en la completa impunidad, que acecha al país desde hace años, pero se ha acentuado al tener ahora más que nunca, un sistema de justicia incompetente.

Y es que sabes que hay alguna deficiencia en el gobierno cuando una profesión, que siempre ha dado voz a la población pide que lo dejen trabajar, en vez de “estar con el Jesús en la boca”, y al pendiente de quién lo sigue cada vez que sale de la redacción, de su hogar, o simplemente a realizar sus actividades diarias.

Adrián López, director general del Grupo Noroeste, con sede en Culiacán, Sinaloa México, aseguró en entrevista para la Asociación de Medios de Información, que la violencia y los asesinatos contra los periodistas no son algo nuevo. No obstante, se ha vuelto más común, porque no hay una sanción por pagar de parte de las personas responsables.

La violencia en México, según Adrián López, se trata de un problema “crónico”, “estructural” y “sistémico” en el conjunto de la sociedad. Desde que en 2006 se declaró la guerra al narcotráfico, la situación se ha agravado hasta superar los 100 mil asesinatos anuales en los últimos tres años. Es decir, en el país se asesina a una persona cada 14 minutos.

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Al afirmar que el asesinato de un periodista sale completamente gratis, ya sea por el crimen organizado o el propio Estado, se vislumbra un precario gobierno, que en vez de proteger a pueblo, porque ellos también lo son, se esconde detrás de la corrupción, que traza una línea muy delgada entre los que disparan y los altos funcionarios.

Adrián López sufrió un atentado que estuvo a punto de acabar con su vida en el 2014. Por suerte se salvó, sin embargo, no se puede decir lo mismo de José Luis Gamboa, Margarito Martínez, Lourdes Maldonado, Roberto Toledo, y Heber López Vásquez, quienes han sido asesinados en lo que va del 2022 y por quienes, los medios de comunicación se han manifestado.

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Desde hace siete años hay un nuevo sistema de justicia penal acusatorio mucho más moderno en el que se admiten, entre otros, la presunción de inocencia. Sin embargo, desde el punto de vista de Adrián López, este, fortalece más al crimen organizado, trata de proteger a los agresores, y debilita a la justicia.

“Nuestro problema real es nuestro aparato de justicia, que es el que posibilita, insisto, la impunidad tan alta que tenemos; el clima de violencia y de miedo que sufrimos a diario…El crimen organizado está infiltrado en todas partes y eso hace muy complicado cualquier mecanismo de defensa”, dice, no sin antes recalcar que medios se destruyen y paran sus actividades a cambio de que los dejen de amenazar.

Dicho miedo termina llevando a la autocensura, al silencio y posteriormente se traduce en la muerte del periodismo, que es la profesión que vela por los intereses de la sociedad y se encarga de decir la verdad.

Hay tres razones, principalmente por las que no hay una unión entre el gremio que permita crear un frente común. La primera, es la falta de un respaldo social, la segunda es la falta de unión de la propia industria de los medios, donde la publicidad ha sido el subsidio disfrazado del Estado para que los medios sobrevivan a cambio de no ser críticos con ellos, y por último, la falta de confianza de los públicos en los periodistas.

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En este último punto, afirma que no ayuda el discurso del presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador, quien no pierde oportunidad para desdeñar el quehacer periodístico, y forma la idea de que el periodista merece que se le castigue.

“Mientras la impunidad siga siendo la regla, va a ser muy complicado ejercer el periodismo. La ausencia de justicia jurídica y social de verdad. Que sepamos qué pasó y por qué, y que haya una garantía de reparación del daño y de que no va a volver a pasar”, dijo.

Sobre si vale la pena seguir con esta profesión, afirma que “a pesar de los atentados, las amenazas, las coacciones... el periodismo siempre recompensa. Puede ser una profesión ingrata, pero cuando logras un servicio social, como recaudar fondos para alguien que necesita una silla de ruedas o un equipo que necesita financiación para un torneo fuera del país; o cuando investigas y señalas una trama de corrupción y, al menos, consigues llevar al corrupto ante el tribunal, ante un juez; ahí tienes la recompensa. Y la gente, los mexicanos, necesitan y merecen tener eso”.