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El triunfo de la venganza

Ciudad de México

“El Cholo te llama y te vende el Vaticano cuando habla. Y yo venía de sufrir lo del Barcelona y me llama un entrenador y me dice: ‘Veníte acá que vas a hacer esto y lo otro’. Y decís: ‘buah, soy el mejor, voy ahí y la voy a romper’. Me convenció y lo único que le dije es que necesitaba tiempo para terminar de cerrar mis cosas en el Barcelona. Pero en ese momento las palabras sobraban”.

Son las declaraciones de Luis Suárez en una entrevista en un programa español tras ganar LaLiga con el Atlético de Madrid el pasado fin de semana. La imagen del uruguayo sentado en el campo hablando por teléfono entre lágrimas con su esposa dio la vuelta al mundo: “Me menospreciaron y el Atleti me abrió la puerta para demostrar que aún sigo vigente. Siempre estaré agradecido con este grandísimo club por confiar en mí”. Es una escena realmente conmovedora. Es la historia del héroe en quien nadie creía y que logra la hazaña, además con el Atlético de Madrid, que es el equipo que lleva ese sentimiento como bandera.

Luis Suárez es un delantero de 34 años de edad con un talento innegable. Su trayectoria y goles hablan por sí mismos. Pero, ¿qué tan cierto es que en Barcelona lo menospreciaron? ¿Lo vieron como un exfutbolista cuando todavía tiene mucho que dar? En las últimas temporadas en el Barca, Suárez no mostró su mejor versión física, tuvo problemas de sobrepeso, que lo llevaron a lesiones y, por ende, a menos minutos; todo se vio reflejando en una falta en rendimiento.

Vayamos a los números, que esos no mienten. Esta temporada con el Atlético de Madrid jugó 36 partidos y anotó 21 goles, un promedio de 0.58 por partido. En su última campaña con el Barcelona disputó 35 partidos y se adjudicó las mismas 21 dianas. Entonces, en teoría, el rendimiento del uruguayo no ha bajado.

Al poner estos números en perspectiva es cuando se ve una baja. Su mejor temporada con el Barcelona fue 2015-2016 cuando jugó 53 partidos, con una media de 1.11 goles por encuentro, lo cual significó un total de 59 goles en el año; es decir, casi el 53% de las anotaciones blaugranas en todas las competencias corrieron a cuenta de Suárez.

En su última campaña, el uruguayo solo representó el 24% de los goles para el Barcelona. Ahora, con el Atlético campeón, esos 21 tantos son casi el 32% de la cuota del club.

Pocos delanteros pueden mantener su nivel después de cierta edad. Es lógico en el caso de Luis que su juego es muy físico y muy desgastaste. Siempre contará con una técnica privilegiada, pero llega un punto en el que las piernas no dan lo que la cabeza y la técnica esperan, mas aún después de un descuido físico como el que tuvo en sus últimos años de blaugrana.

El Barcelona se equivocó en las maneras de sacar a Luis de sus filas, eso es un hecho. Pero también es verdad que poco a poco dejó de ser el jugador por el que se pagaron 120 millones de euros, dejó de llenar la expectativa y el lugar para el que fue contratado. El Atlético, su estilo y entrenador son perfectos para los años de buen fútbol que le quedan al uruguayo en Europa, porque ya ha dado a entender que quiere terminar su carrera en la MLS. Por ahora, este triunfo en LaLiga le sabe a venganza.