La cronología del conflicto en la Cooperativa Cruz Azul
Guillermo Álvarez retomó el control de las oficinas centrales de la empresa, gracias a una suspensión provisional que dejó sin efectos la orden judicial que lo había destituido.
Un nuevo capítulo en la guerra civil dentro de la Cooperativa Cruz Azul se abrió el miércoles 28 de agosto cuando el grupo afín a Guillermo Álvarez retomó el control de las oficinas de la empresa cementera, ubicadas al sur de la Ciudad de México, amparados, en una resolución emitida por el Juez Quinto de distrito en materia civil. La orden judicial suspendió los efectos de una sentencia previa que instruía la destitución de Álvarez como director general. La noche del miércoles, Álvarez dormirá rehabilitado con base legal, defiende, como el máximo dirigente de la sociedad, y con su grupo en control del corporativo, incluido el equipo de fútbol.
Antes
El jueves 22 de agosto, la oposición a Álvarez, liderada por Víctor Manuel Velázquez, exdirector comercial de la cementera, se presentó a las afueras de la sede corporativa enarbolando una orden firmada por el Juez Tercero de distrito en materia civil. El mandato deponía a Álvarez de su cargo e instruía la instauración de un interventor que tomaría el control de las finanzas de la Cooperativa y de las auditorías internas, figura que recaía en José Antonio Marín. La disidencia acusa que Álvarez ostenta la dirección general de forma ilegal desde 2013, año en el que consolidó su poder a través, denuncian voces opositoras, a través de artimañas legales como el desacato a la resolución 85, firmada por un juez federal, que estipula que la dirección de una sociedad cooperativa, por su constitución ante la ley, debe ser ejercida por el Consejo de Administración. La facción logró entrar en las instalaciones, en acato a la orden judicial. Por la mañana del miércoles 28 de agosto, la oposición se manifestó frente a la sede del Consejo de la Judicatura Federal en contra de los amparos promovidos por Álvarez y rechazó cualquier incitación a la violencia.
Después
Después de la acción de la disidencia en la Judicatura Federal, llegó el contragolpe de Álvarez. Un contingente de más de 200 socios cooperativistas, procedentes de Oaxaca, Puebla, Hidalgo y otros puntos de la Ciudad de México, hicieron guardia fuera de las oficinas de la Cooperativa. "Venimos en son de paz. No queremos violencia", aseguró Octavio Barbosa Martínez, quien flanqueaba a un grupo de trabajadores afín a Guillermo Álvarez. El objetivo de la concentración era recuperar el control de las instalaciones. "Vamos a romper las cadenas. Estamos dispuestos a recuperar lo que ellos quitaron por la fuerza. La ley nos protege, nos ampara", aseguró a los micrófonos de AS Víctor Manuel Garcés, representante legal de la Cooperativa. La razón: el Juez Quinto de distrito emitió una suspensión provisional al mandato original que había conferido seis días antes el control de las oficinas a la disidencia y a la interventoría que residía en Marín. "Álvarez es el director general y la gente está adentro, usurpando, no tiene ninguna personalidad (jurídica)", describió Garcés.
Al interior del corporativo, los guardias de seguridad privada, presuntamente contratados por la disidencia para resguardar las oficinas, impedían el acceso y salida de los trabajadores. Algunos portaban armas de alto calibre. Alrededor de 60 empleados estaban impedidos de abandonar el edificio bajo ninguna circunstancia. Ambas partes intercambiaron gritos y descalificaciones separados por los muros y las puertas de acceso, que permanecieron cerradas hasta las 5 de la tarde, cuando tres socios rompieron las cadenas con un soplete y forzaron la entrada al corporativo a través del acceso vehicular. Hubo, incluso, un conato de bronca entre una empleada y los agentes de seguridad, mismo que se apagó rápidamente. La seguridad privada no actuó en consecuencia y los cooperativistas, liderados por Alfredo Álvarez Cuevas (director de planeación estratégica) y Miguel Borrell (director jurídico) rodearon el jardín para entrar por el pórtico principal.
Mientras la administración Álvarez Cuevas copaba las oficinas y entonaba vítores a la Cooperativa y a 'Billy', los remanentes de la disidencia abandonaron las oficinas por la puerta trasera al grito de 'Fuera, fuera'. Garcés explicó el proceso que afrontarán los opositores que ocuparon el corporativo durante los días recientes: "Serán juzgados por la sociedad y, de ser encontrados culpables, serán separados. En la Cooperativa, el elemento lo más importante que existe es el afecto social, el respeto y el orden (...) Estamos obligados a observar nuestros estatutos plenamente. Estas personas se equivocaron, tienen muchos juicios en contra, promovieron convocatorias de asambleas y acuerdos de los juzgados con mentiras". Los efectos de designación de José Antonio Marín como interventor y prohibición de Álvarez para ejercer el cargo dirigencial quedaron suspendidos.
Las loas en señal de victoria continuaron hasta que, minutos antes de las seis de la tarde, Guillermo Álvarez arribó al corporativo. "Estoy muy emocionado (...) No solo contribuimos al desarrollo de un estado, sino de un país. Tenemos que restablecer la paz y la tranquilidad porque hay personas sumamente capaces, productivas, que necesitan estar enfocadas al giro de nuestra organización, que es la producción y venta de cemento y sus derivados", manifestó 'Billy' a su llegada al edificio, después de descender de una camioneta blanca, secundado por su círculo más cercano. Poco después, el restituido director general, de acuerdo a la disposición del Juez Quinto de distrito, dedicó un mensaje a los socios y a los medios de comunicación concentrados en el patio central. "Hay que redoblar nuestros esfuerzos y que este evento refuerce y apuntale nuestra fuente de trabajo, que es el futuro de nuevas generaciones. La Cruz Azul debe seguir creciendo y desarrollándose, en lo industrial, en lo social, en lo cultural, y esperemos que también en lo deportivo", en clara referencia al club 'celeste' y su sequía de casi 21 años sin alcanzar el título de la Liga MX. La ovación fue atronadora.
La tarde cayó cuando 'Billy' ascendió a su oficina y los empleados hicieron fila para pasar, de cuatro en cuatro, para "rendirle sus respetos" y saludarlo. Eso sí, Álvarez está consciente que el conflicto está lejos de concluir y que la batalla en los jurados continuará. "Hay recursos siempre de carácter civil y penal. Habrá que afrontarlos. Se desahogan en los juzgados y no en los medios de comunicación", sentenció a AS.