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Cruz Azul

El grupo afín a Guillermo Álvarez retomó control de la Cooperativa

El Juez Quinto de distrito otorgó a “Billy” una suspensión provisional de la orden judicial emitida la semana pasada, con la cual restituiría sus funciones como director general.

Ciudad de MéxicoActualizado a
El Juez Quinto de distrito otorgó a “Billy” una suspensión provisional de la orden judicial emitida la semana pasada, con la cual restituiría sus funciones como director general.
Eduardo LópezAS MÉXICO

Uno de los capítulos la guerra civil en la Cooperativa Cruz Azul llegó a su fin. El Juez Quinto de distrito en materia civil emitió una suspensión provisional a la orden judicial que el jueves pasado había resuelto el Juzgado Tercero; la suspensión anula la resolución anterior y, por ende, restituye en sus funciones como director general de la Cooperativa a Guillermo Álvarez Cuevas.

A raíz de la resolución, un nutrido grupo de Cooperativistas afines a Álvarez aguardó a las afueras de las oficinas centrales de la cementera, ubicadas en el sur de la Ciudad de México, mismas que fueron custodiadas por patrullas y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México. El objetivo, según Alfredo Álvarez Cuevas, director de planeación estrategia de la Cooperativa y hermano de “Billy”, era recuperar el control de las oficinas con el apoyo de la fuerza pública, lo cual finalmente ocurrió.

El corporativo estuvo en posesión del grupo opositor a Álvarez, liderado por Víctor Manuel Velázquez y José Antonio Marín, quien fue impuesto como interventor por la orden judicial del pasado 23 de agosto. Las diligencias realizadas por los elementos de la SSC, en acato a la primera resolución judicial, instalaron a la disidencia en las oficinas centrales. La instrucción del Juez Quinto anuló la orden anterior y ahora Guillermo Álvarez retomó el poder

Finamente, en torno a la 5 de la tarde, el grupo entró por la fuerza a las instalaciones corporativas al forzar las puertas y romper las cadenas mediante un soplete. Los corporativistas increparon a los guardias de seguridad privada que les habían negado el acceso y mantenían retenidos a alrededor de 60 empleados en el interior de las oficinas.