Aduriz y Raúl García encarrilan el pase del Athletic como líder
La estrategia fue esta vez la aliada de los rojiblancos, ante un Zorya animoso pero con muy poco colmillo en área contraria. Alivio para Ziganda.
Aduriz y Raúl García se aliaron en una noche diabólica y cogieron al Athletic a hombros para aplicar su enorme capacidad estratégica para prolongar balones largos en la primera parte y la finura rematadora en la segunda, evitar dramas en las filas rojiblancas. El balón parado dio el pase. El empate del Östersund en Berlín ante un Hertha que no se jugaba nada, permite al plantel de Ziganda acabar líder en un grupo que ha ido recorrido de forma tortuosa. Dos goles, un larguero y un tanto mal anulado son un balance que dibujan un partido mucho más bravío de lo que realmente fue.
El partido fue invernal hasta bien avanzada la primera parte, es decir de esos espectáculos sin sol, que demuestran que al Athletic se le ha hecho de noche. Tras un cuarto de hora de estudio mutuo, empezó lo magro. Los leones tardaron 20 minutos en quitarse el chándal. Parece mentira, haber escrito tantos renglones torcidos en un grupo europeo de pacotilla, encontrarte con el inmerecido premio de que un empate te da el pase e incluso la victoria te puede anunciar el liderato, y salir tan aplastado.
El equipo bilbaíno dio señales de vida posteriormente. Pudo romper el dictado de la noche con una buena acción en el minuto 29. Un centro desde la orilla derecha de Susaeta llegó a Aduriz, habilitado en posición legal. Este asistió atrás a Williams en una jugada que era el 0-1, pero el auxiliar levantó la bandera, nadie sabe muy bien si por el fuera de juego posicional de Núñez en la primera acción o al entender que Iñaki estaba por delante en la definitiva. Esa chispa encendió un motor que parecía gripado y se vino otra gran jugada: en un balón largo, prolongó Aduriz, le cayó a Lekue y este ofreció un gran centro para una chilena plena de potencia de Raúl García desde fuera.
Tras un regate en la frontal del área de Herrerín que casi provoca infartos a los congelados aficionados rojiblancos en Lviv (en la segunda parte le imitó el meta rival hasta pisando la bola ante la presión de Raúl García), se dio un pasaje de bochorno máximo: Iury, que se rompió a los 20 minutos en una carrera, se tiró el resto del primer tiempo cojeando y llevándose la mano al bíceps femoral de la pierna derecha. Vernydub no aguantó semejante trote y le fue a cambiar a los 35 minutos. El brasileño se le rebeló y se negó a salir, cuando su compatriota Silas estaba en la banda ya preparado. Se quedó perplejo. En el descanso, claro, tampoco hizo el movimiento el desautorizado entrenador y con gestos de ira tuvo que pasar por el aro en el 64’.
El Athletic basaba su fútbol en arte rupestre: balones largos a las peinadas de Raúl o Aduriz, sin gran cháchara en medio. La atonía casi se rompe con una arrancada desde Kiev de Aduriz, pleno de potencia, que se fue de tres rivales y pisó área, aunque hizo un paradón Lunin en el 52. Marcó el Östersund en Berlín y luego le empataron, así que seguía viva la primera plaza para el Athletic. Pero el Zorya parecía tener el encuentro en el sitio ideal: estaba vivo en la última media hora a la espera de un zarpazo. El Athletic empezó a crecer, con más presencia en campo contrario y acoso a la meta contraria. Un córner de Susaeta en el 64’ permitió que en el remolino de jugadores y agarrones surgiera Raúl García para cabecear al larguero. A la siguiente llegó el tanto: puso una gran falta el extremo eibartarra y la cazó a lo Santillana en posición forzada Aduriz para embocar a la red. Lunin evitó el segundo tras jugada ultrarrápida con Williams y Lekue implicados y una aparición fulgurante de Raúl García que permitió lucirse de nuevo al meta del Zorya. Este se vino abajo con el mazazo y permitió el segundo, esta vez desde el otro lado y con el mismo origen. Susaeta sacó y la pasmada defensa ucraniana aplaudió un control, mirada y remate de Raúl García en el área.
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