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La historia de Marcelo Díaz, el flamante refuerzo de Pumas


Atlético San Luis – Pumas en vivo: Liga MX, jornada 1

México
La historia de Marcelo Díaz, el flamante refuerzo de Pumas
Foto Archivo

El recuerdo colectivo más reciente de Marcelo Díaz es injusto para el nivel del nuevo refuerzo de los Pumas. El chileno fue el futbolista que perdió la pelota en el único gol de Alemania en la final de la Copa Confederaciones y que, a la postre, coronó a los germanos. Pero Chelo Díaz es mucho más que eso, es una historia de perseverancia, de sobreponerse a la adversidad y triunfar. Su nombre ya está escrito en la historia del fútbol chileno, en clubes y en selección.

Era 14 de diciembre de 2011, verano en el cono sur, y un efervescente Estadio Nacional celebraba el primer trofeo internacional de la Universidad de Chile. La 'U' había ganado la Copa Sudamericana por un global de 4-0 a Liga Deportiva Universitaria, con Edu Vargas como figura, pero con Díaz como pieza clave en la campaña. Al finalizar el juego, el periodista Manuel de Tezanos se acerca a Marcelo Díaz, le da los audífonos y Fernando Niembro con Mariano Closs lo bautizan como el 'Xavi sudamericano' ante todo el continente. Su labor silenciosa, su trabajo para meterse entre los centrales cuando los laterales subían, su talento para ser un constructor de fútbol desde su propia área y la capacidad de manejar los tiempos del equipo lo hacían acreedor del apodo . Era el reconocimiento y la consolidación de un jugador que, en ese mismo club, había sido resistido en sus inicios.

Sus inicios

'Carepato' fue aficionado a la Universidad de Chile desde pequeño. Canterano de la U, pero barrista de 'Los de Abajo' en los días de partido. Así su nexo con el equipo fue cada vez más grande, tanto que el día en el que debutó calmó sus nervios dentro de la cancha cantando las canciones que en el momento iba entonando la barra. Así mismo lo ha confesado él en múltiples entrevistas.

Díaz viajaba dos horas desde su casa hasta el lugar de entrenamiento, luego era el mismo tiempo para regresar a su hogar. Un sacrificio de cuatro horas diarias que valían la pena para cumplir su sueño de jugar fútbol y que se vería cosechado en su debut, que ocurrió cuando tenía 19 años, el 22 de enero de 2005, frente al Everton; ese año sólo jugaría cuatro partidos. El 2006 llegaría la titularidad aunque jugando de lateral derecho, posición que desconocía; centros perfectos, pero un trabajo defensivo que dejaba muchas dudas y era poco querido por la afición azul, que sólo agradecía su esfuerzo.

¿El retiro?

Luego de seguir como titular el 2007 -el 22 de marzo anotó su primer gol como profesional- e inicios de 2008, llegarían dos etapas difíciles en su vida futbolística.

La primera fue el segundo semestre de 2008, periodo en el que dejaría de ser titular y no jugaría ningún partido de liga y sólo uno de copa. Aunque tendría su revancha en el 2009 retomando la titularidad con Sergio Markarián y siendo campeón por primera vez en su carrera, dominando diferentes posiciones. Además, anotaría su primer gol internacional: ante Pachuca en Santiago, el 21 de enero en la primera ronda de la Copa Libertadores.

Pero seis meses más tarde, iniciando el 2010, las noticias no serían buenas, la llegada de Gerardo Pelusso lo hizo regresar al puesto de lateral derecho, aunque esta vez no aguantó la presión y la exigencia de disputar liga y Copa Libertadores en ese puesto en el que no se sentía cómodo. Disputó sólo siete partidos en el semestre y quedói relegado a la banca. Allí pensó en dejar el fútbol, en retirarse por pensar que no era lo suficientemente bueno para ser futbolista. El DT uruguayo hizo que perdiera el amor por el fútbol.

El renacer

El Marcelo Díaz que conocemos hoy pasó por una reestructuración en su carrera. Luego de no jugar y perder el amor por la pelota, 'Carepato' partió a préstamo a Deportes La Serena donde recuperó su confianza gracias al entrenador Víctor Hugo Castañeda. Según palabras del propio volante, "Él tuvo mucho que ver con mi rendimiento, me dio una confianza que nunca había tenido. Recuerdo que, en una de las charlas que tuvimos, me dijo que la única posición que yo no iba a ocupar era de lateral. Y así fue". Allí fue vital como volante ofensivo, anotando cinco goles y llenando de asistencias a sus compañeros.

Su buen rendimiento hizo que un nuevo y desconocido entrenador en la 'U', de nombre Jorge Sampaoli, pidiera el retorno del préstamo porque lo tenía en planes para el 2011. Un año que ninguno de los dos olvidaría, ya que fue el año en que Marcelo Díaz se convirtió en el jugador que hoy conocemos. Un bicampeonato -que en 2012 se convertiría en tricampeonato- y la Copa Sudamericana, además de semifinales de Libertadores, serían los éxitos que Díaz conseguiría de la mano de Sampaoli, que también consolidó su carrera con sus primeros títulos. Díaz superó los 200 juegos vestido de azul y nunca más fue lateral, pero tampoco un volante ofensivo; 'Don Sampa' lo convirtió en un mediocentro, para aprovechar cada una de las virtudes aprendidas durante su carrera. Un 'todocampista', como lo definiría la prensa en su país.

Sólo éxitos

Tras el gran paso en el club de sus amores, partió al Basel de Suiza por 4.5 millones de dólares. En la Superliga helvética consiguió un bicampeonato, por lo que hilvanó seis títulos consecutivos en cuatro temporadas. En el Basel alcanzó su máxima racha goleadora, anotando en 12 oportunidades, entre 2012 y 2014.

En el mercado invernal de la temporada 2014-15 fue traspasado al Hamburgo SV, allí llegó a un grande alemán que sufría problemas de descenso y él sería clave para evitarlo. Su escuadra jugó el playoff para no perder la categoría ante el Karlsruher; estaban descendiendo hasta que en los descuentos Chelo Díaz anotó un tiro libre que llevó la llave a tiempo extra, instancia en el que lograron mantener su lugar en Bundesliga. Tras ese día fue declarado héroe de Hamburgo y el equipo sacó a la venta dos playeras con diseños en las que se recordaba el gol de Chelo.

El 17 de enero de 2016 fue presentado en el Celta de Vigo, pedido expresamente por el DT Toto Berizzo y, aunque su rendimiento siempre fue clave en el funcionamiento de los celtistas, las lesiones musculares no lo dejaron brillar. Anotó sólo dos goles, pero uno fue un tiro libre impresionante ante Memo Ochoa.

En la Selección Chilena la historia la conocemos. Es convocado por primera vez en octubre de 2011, para debutar en noviembre del mismo año, aunque no se convertiría en inamovible hasta el 2013, cuando Jorge Sampaoli asumió la dirección técnica. Desde ahí se convirtió en un motor, el motor de La Roja que casi elimina a Brasil en el Mundial de 2014; Campeón de América en 2015, siendo uno de los tres mejores jugadores chilenos en el torneo; Campeón de la Copa América Centenario en 2016, repitiendo su gran rendimiento, y otra vez siendo importante en la Copa Confederaciones, aunque allí cometió un error que costó el título.

Ahora, Marcelo Díaz tiene una historia por escribir en el Club Universidad, su última parada en una carrera llena de perseverancia y triunfos.