Después del chasco de la Liga de Naciones, toca mirar hacia delante
Cuando sólo estábamos en la grada los veteranos, los vocablos del fútbol tenían que ser, como los de las bebidas, en español.
La confianza es un pecado en fútbol
El ‘The Best’ fue para Modric, y él puso un final, brillante hasta la redención, a una gala de la FIFA que hasta ese momento me estaba pareciendo pelmaza y torpe.
Vi el partido junto a un niño de siete años. La decepción por el gol inglés sumió al muchacho en esa melancolía que conocemos bien los aficionados.
España jugó con más ideas. Fue un debut prometedor de Luis Enrique. A De Gea, el árbitro le ahorró un sofocón en la jugada del gol anulado a Welbeck.
Catorce goles vimos ayer, día de cierre de la segunda ronda en la fase de grupos. Vimos cosas buenas, particularmente a Colombia, que se desquitó de su mal arranque.
¿Es justo el resultado? Siempre me ha sorprendido esta insistencia de aficionados y periodistas por averiguar tan profunda cuestión después de un partido de fútbol.
Cualquiera que se haya puesto debajo de los palos sabe que hay que saber convivir con el error y con las críticas.
Los que deben defender su candidatura a ganarlo todo deben lidiar con un peso que no pueden eludir, la responsabilidad de demostrar las expectativas creadas.
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