Modric dignificó la Gala de la FIFA
El ‘The Best’ fue para Modric, y él puso un final, brillante hasta la redención, a una gala de la FIFA que hasta ese momento me estaba pareciendo pelmaza y torpe, como una fiesta forzada de colegio mayor. Huérfana, además, de la presencia de los dos imprescindibles del momento, Messi y Cristiano, convocados ambos en el once ideal, el segundo en el trío finalista de ‘The Best’. Les debió de parecer poco, y por lo que veo la FIFA no tiene poder de convocatoria sobre ellos. Tampoco estuvo Pelé, que no anda bien, ni Maradona, que a saber... Todo tuvo un aire entre mediocre e impostado hasta el tramo final, cuando Modric salió al rescate.
Buen tipo, buen jugador. Compareció con la misma soltura y sencillez con que lo hace en el campo, y así fue su parlamento. Elogió a Cristiano (ausente) y a Salah, los otros finalistas. Su evocación a la selección croata de 1998, que fue tercera en el Mundial de Francia, conmovió hasta la lágrima a Boban, presente. Tuvo, claro, palabras para sus compañeros en el Madrid y en su Selección, y no olvidó el detalle de dedicarnos unas palabras en español. Modric tiene un fútbol serio, constante, firme, inspirado y solidario. Un fútbol para el equipo, no para sí mismo. De cuando en cuando, también caen premios en jugadores así.
Un final feliz en una gala que también proclamó, de nuevo, a la incombustible Marta como mejor jugadora, le dio a Salah el trofeo al mejor gol (premio Puskas) y repartió una pedrea en premios varios, que incluyeron el de Courtois como mejor portero. Esto último contrastó severamente con la presencia de De Gea como portero del equipo ideal, que en las demás posiciones admitía poca discusión. Faltó, claro, la foto de ese once, en el que no estuvieron los insustituibles Cristiano y Messi. Los grandes son más grandes cuanto menos les esclaviza su ego. Esta vez brillaron por su ausencia y dejaron en mal lugar el poder de convocatoria de la FIFA.