El terremoto de Lisboa
Cristiano Ronaldo, claro, no vio jugar a Di Stéfano. Sí le vio, y jugó con él y contra él un montón de veces, Luis Suárez, nuestro Balón de Oro de 1960.
Esta tarde, Cristiano recibirá una gran ovación en el Bernabéu, como ganador de un quinto Balón de Oro. Una barbaridad, que le iguala a los cinco de Messi y le consagra como referente mundial.
Me admira lo de Cristiano Ronaldo, su tarea titánica. Ganó su primer Balón de Oro hace diez años. Ya entonces MessI fue el segundo. Su talento descomunal le auguraba un dominio neto.
Este jueves se hará entrega a Cristiano Ronaldo del nuevo galardón al mejor futbolista del año, lo que le equipara en número con Leo Messi.
Lo dijo Cerezo y nadie ha podido desmentirle: los futbolistas juegan donde quieren. Es más: hacen lo que les da la gana, literalmente.
En esta Liga se hablará de los Asensio, Delofeu o Sául. De Soler, Arrizabalaga o Pedraza. Ellos solo piensan en el hoy.
Mi madre detestaba el fútbol