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La marca de autos que no es de lujo ni de volumen y está conquistando México

Su estrategia se basa en un concepto de pertenencia y experiencias que la diferencia de cualquier otra marca en el mercado.

Foto: Cupra
Luis Hernández del Arco
Actualizado a

Definir a Cupra se ha convertido en un ejercicio fascinante para la industria automotriz. Intentar encasillar a esta marca de autos en las categorías tradicionales de “lujo” o “volumen” es un esfuerzo inútil, porque la marca española, nacida de las entrañas de SEAT, ha jugado con sus propias reglas desde el principio.

Su éxito rotundo en México, a cinco años de su llegada, no es casualidad, ya que es el resultado de una estrategia meticulosamente ejecutada que encontró un espacio virgen en el mercado: el de una marca aspiracional, deportiva y sofisticada que ofrece sensaciones y calidad cercanas a lo premium, con un posicionamiento de precio inteligente y disruptivo.

En una conversación con Juan Pablo McFarland, director de la marca en México, revela que esta ambigüedad es completamente deliberada. Cupra no quiere ser premium, y tampoco busca ser de volumen.

Entonces, ¿qué es? Es, en esencia, una tribu. Una comunidad construida alrededor de valores como el desempeño, el diseño y una experiencia que va mucho más allá del simple acto de conducir. Cupra ha demostrado que es posible generar un deseo profundo y un sentido de pertenencia sin recurrir a las etiquetas que por décadas han definido al sector automotor.

La marca de autos que no es de lujo ni de volumen y está conquistando México
Foto: Cupra

Una identidad forjada en la sofisticación, no en la etiqueta premium

El punto de partida para entender a Cupra es aceptar que se desmarca conscientemente del concepto clásico de lujo. McFarland es tajante al afirmar que “nunca nos vamos a definir como una marca premium”. Esta declaración es el pilar de su identidad.

En lugar de perseguir un estatus, Cupra se ha enfocado en inyectar sofisticación en cada punto de contacto. Desde el momento en que una persona entra a un Cupra Garage, percibe una atmósfera distinta. El diseño de los autos, la calidad de los materiales interiores y, por supuesto, el desempeño dinámico, todo apunta a una experiencia elevada.

Aquí yace la genialidad de su enfoque: ofrece los atributos que un consumidor podría buscar en una marca de alta gama, pero los presenta de una forma más accesible y contemporánea. Es una marca que no intimida, sino que invita. Por consiguiente, se ha vuelto profundamente aspiracional. La gente no solo desea tener un Cupra por lo que es, sino por lo que representa: un estilo de vida audaz, poco convencional y enfocado en las emociones.

Aparte, la experiencia de compra es totalmente diferente, porque no se está adquiriendo únicamente un medio de transporte, se está obteniendo un pasaporte de entrada a un club muy especial.

La marca de autos que no es de lujo ni de volumen y está conquistando México
Foto: Cupra

Rechazo al volumen y la creación de la tribu

Así como Cupra le huye a la etiqueta premium, también rechaza categóricamente la idea de convertirse en una marca de volumen masivo. La frase “Cupra no es para todos, pero todos lo pueden tener” encapsula esta filosofía. La exclusividad no proviene de un precio prohibitivo, sino de una mentalidad.

Cupra no busca inundar las calles, busca que cada auto en circulación sea un estandarte de los valores que representa. Dicho de otro modo, prefiere la lealtad de unos pocos a la atención fugaz de muchos.

Este es el origen del concepto de “Tribu”. Cupra entendió que para forjar un vínculo genuino y duradero con sus clientes, necesitaba construir una comunidad. Y para lograrlo, es indispensable ser consistente.

Así, la experiencia Cupra no termina al salir del concesionario; se extiende a eventos de pádel, a la Fórmula E, a la ropa y accesorios. Se puede pertenecer a la tribu teniendo una playera o una gorra, porque la conexión es emocional.

Es una estrategia que abraza a la gente, escuchándola de manera sistemática a través de sus Cupra Masters para definir las configuraciones de producto y su valor. Queda claro que, para ellos, la marca la hace la gente.

La marca de autos que no es de lujo ni de volumen y está conquistando México
Foto: CUPRA

Cupra: El arte de crear un nicho propio

En un panorama automotriz mexicano cada vez más competido y diverso, la estrategia de Cupra demuestra ser no solo inteligente, sino necesaria.

Mientras muchas marcas luchan en un terreno de comparación directa de precios y equipamiento, Cupra juega en una liga diferente: la de la identidad y la experiencia. Su fortaleza no reside en tener más caballos de fuerza o una pantalla más grande que la competencia, sino en el valor intangible que ha construido.

El verdadero diferenciador de la marca es “la Tribu”, un activo emocional que no puede ser replicado en una hoja de especificaciones. Un consumidor puede encontrar alternativas con características similares, pero difícilmente hallará la misma sensación de comunidad y el ADN de sofisticación y deportividad que define a Cupra.

Es precisamente este enfoque lo que la aísla de una guerra de precios directa, permitiéndole construir un crecimiento sostenible basado en la lealtad y no en la oferta del mes. La marca ha creado su propio nicho, uno donde el valor se mide en emociones y pertenencia.

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Así pues, Cupra no es ni de lujo ni de volumen. Es una categoría en sí misma: una marca de experiencia. Ha demostrado que se puede ser deseable sin ser inalcanzable y exclusivo sin ser elitista.

Su éxito es la prueba de que en un mercado saturado, la mejor manera de destacar no es gritar más fuerte, sino susurrar al oído de la comunidad correcta. Y a juzgar por el entusiasmo de sus directivos, parece que Cupra no ha tocado techo, la tribu apenas comienza a expandir su territorio.

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