¿Es cierto que un Fórmula E es más rápido que un Fórmula 1?
¿Un Fórmula E le gana a un F1 en aceleración? Sí, y gracias a Nissan, lo viví en carne propia.


En el automovilismo, la velocidad es la reina. Siempre se busca ir más rápido, superar los límites, ser el primero. Y en este constante afán por la supremacía, surge una pregunta que genera debate y enciende pasiones: ¿Es realmente un Fórmula E más rápido que un Fórmula 1?
Primero, hay que decir que, en cuestión de aceleración pura, los monoplazas de la Fórmula E se llevan la corona. De hecho, no solo superan a los de la F1, sino a prácticamente cualquier otro coche de carreras. Y esto se debe a una característica fundamental de los motores eléctricos: el torque instantáneo.
Es decir, toda la potencia está disponible desde el primer instante, sin necesidad de subir de revoluciones como en un motor de combustión. Para ponerlo en cifras, un Fórmula E puede acelerar de 0 a 100 km/h en aproximadamente 1.8 segundos. En cambio, un F1, aunque sigue siendo increíblemente rápido, tarda alrededor de 2.6 segundos en alcanzar la misma velocidad.

¿Qué se siente al manejar un Fórmula E?
Gracias a una invitación de Nissan, tuve la oportunidad única de experimentar lo que se siente al estar al volante de un Fórmula E en una pista de carreras. Y debo decir que la sensación es, simplemente, indescriptible.
Al entrar al cockpit, lo primero que llama la atención es la posición de manejo. El asiento está casi a ras de suelo, con las piernas extendidas hacia adelante. Como resultado, la sensación de velocidad se magnifica. En consecuencia, uno se siente como si estuviera en un bólido futurista, listo para ser catapultado al espacio.
Entonces, dicen “vamos a darle” y llega el momento de la verdad. Pisas el acelerador y… ¡bam! La aceleración es brutal. Te pega al asiento con una fuerza descomunal. Es como si te hubieran atado a un cohete. El torque instantáneo hace que el coche salga disparado como una bala. La sensación es tan intensa que, por un momento, pierdes la noción del tiempo y del espacio.
No obstante, hay que mantener la concentración, porque la pista se acerca a una velocidad vertiginosa. Las curvas se suceden una tras otra, y hay que frenar con precisión milimétrica para no salirse del trazado. Después, llega el momento de volver a acelerar, y la experiencia se repite.

El auto, en ese instante, parece una extensión del propio cuerpo. Responde a cada movimiento del volante, a cada presión del acelerador o del freno. Pero, es una simbiosis que requiere un nivel de concentración y precisión extraordinarios. Y es aquí donde uno se da cuenta del enorme talento que poseen los pilotos de la Fórmula E. No solo son capaces de domar estas bestias eléctricas, sino que lo hacen compitiendo rueda a rueda con otros pilotos, a velocidades de vértigo.
Por ende, tras vivir esta experiencia, no queda más que admiración por estos superdotados del volante. Son verdaderos atletas de élite, con reflejos sobrehumanos y una capacidad de concentración que roza lo imposible. Por lo tanto, manejar un Fórmula E no es solo cuestión de velocidad, sino de precisión, control y una conexión casi telepática con el coche.

Ahora bien, volviendo a la pregunta inicial, ¿es un Fórmula E más rápido que un Fórmula 1?
En términos de aceleración, ya vimos que sí. No obstante, si hablamos de velocidad máxima, la F1 se lleva la palma. Un monoplaza de la máxima categoría puede alcanzar velocidades superiores a los 370 km/h, mientras que un Fórmula E ronda los 322 km/h.
Y es que, aunque ambos son monoplazas de competición, están diseñados para diferentes tipos de carreras. La F1 se centra en la velocidad pura y en circuitos con largas rectas, donde se puede exprimir al máximo la potencia del motor. Finalmente, la Fórmula E, por otro lado, se enfoca en la eficiencia energética y en circuitos urbanos, más sinuosos y con menos rectas.

Nissan GEN3 Evo: El futuro de la Fórmula E
Hablemos del Nissan GEN3 Evo, el coche de carreras que Nissan ha desarrollado para la temporada 2025 de la Fórmula E. Este bólido es una auténtica maravilla tecnológica, con una potencia máxima de 350 kW (470 caballos de fuerza) y una velocidad punta de 322 km/h. Pero, lo que realmente impresiona es su aceleración: de 0 a 96.25 km/h en tan solo 1.82 segundos. Es más, con una capacidad de regeneración de energía de 600 kW y un chasis de fibra de carbono reciclada, el GEN3 Evo es un ejemplo perfecto de cómo la tecnología eléctrica está revolucionando el automovilismo.
Finalmente, más allá de las cifras y las comparaciones, lo cierto es que tanto la Fórmula E como la Fórmula 1 ofrecen un espectáculo único e incomparable. Así mismo, son dos disciplinas que, aunque comparten la pasión por la velocidad, tienen su propia identidad y su propio encanto. La F1 es la tradición, la historia, el rugido de los motores de combustión. A pesar de ello, la Fórmula E es el futuro, la innovación, el silencio electrizante de los motores eléctricos.
Para terminar, en un mundo cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad, la Fórmula E se presenta como una alternativa atractiva y emocionante. Los coches eléctricos no solo son más eficientes, sino que también ofrecen un rendimiento espectacular. Y, quién sabe, quizás en un futuro no muy lejano, veamos a los monoplazas eléctricos superar a los de combustión en todos los aspectos, no solo en aceleración.
Lo que sí es seguro es que, ya sea con motores de combustión o eléctricos, la pasión por la velocidad y la competición seguirá uniendo a millones de aficionados en todo el mundo. Y en esa búsqueda constante por ser el más rápido, seguiremos viviendo momentos emocionantes, adelantamientos imposibles y carreras que quedarán grabadas en la memoria colectiva.