¿El amoníaco puede ser empleado como combustible en los automóviles?
Esta incógnita es resuelta por el fabricante de vehículos chino GAC.
En la búsqueda de no abolir los motores de combustión, los fabricantes de automóviles y proveedores están buscando soluciones para reemplazar a la gasolina y al diesel como fuente de energía.
Como parte del desarrollo de combustibles alternativos, Guangzhou Automobile Group Co., Ltd. (mejor conocido como GAC), uno de los principales fabricantes de automóviles de China, ha creado un motor de combustión interna alimentado por amoníaco (NH3) que promete reducir las emisiones de CO2.
Aparentemente, la compañía china ha podido producir un motor que tiene una presión de cilindro lo suficientemente alta como para evitar que parte de ese exceso de nitrógeno sea un problema. En específico el motor de GAC alimentado por amoniaco se trata de un cuatro cilindros de 2.0 litros que produce alrededor de 160 caballos de fuerza y emite 90 por ciento menos emisiones de carbono en comparación con los “combustibles convencionales”.
Por el momento, parece muy difícil que el amoníaco pueda usarse realmente, de hecho, es una sustancia tóxica y también es difícil de usar como combustible en algo así como un vehículo con motor de combustión interna.
Una de las particularidades del amoníaco en estado líquido es que se quema lentamente, pero tiene aproximadamente un tercio de la densidad de energía del diésel. Esa propiedad de combustión lenta le otorga un octanaje de 120 con un punto de inflamación de 270 grados y una temperatura de autoignición de 1,203.8 grados.
Por el contrario, la gasolina tiene una densidad de energía de 33.7 kWh, un punto de inflamación de -9 grados y una temperatura de autoignición de 1,135 a 1,550 grados a 87 a 92 octanos. Por el momento, este motor desarrollado por GAC se encuentra en las primeras etapas de desarrollo, pero representa un importante paso adelante en el avance del amoníaco como combustible alternativo viable para el transporte.
Una vez completada su evolución, queda por ver si el amoníaco se convertirá en un combustible convencional de los vehículos, ya que también se ha propuesto su uso para barcos, aviones y trenes.