Adiós límites: Mercedes-Benz lleva el lujo a otra dimensión (en una van)
El Vision V, un conceopto que fusiona amplitud, materiales exquisitos y tecnología inmersiva para una experiencia de viaje sin igual.

Resulta fascinante observar la manera en que las fronteras del lujo automotriz se expanden sin cesar. Tradicionalmente, cuando pensamos en las más altas esferas del confort y la exclusividad, nuestra mente viajaba hacia sedanes, coupés deportivos y SUVs.
Ahora bien, Mercedes-Benz demuestra una clara intención de romper con esas convenciones establecidas a través de su innovadora Van Electric Architecture (VAN.EA). Esta plataforma no solo proyecta la marca hacia un futuro completamente electrificado, sino que también redefine por completo nuestras expectativas sobre lo que puede ofrecer un vehículo de gran espacio interior.
A partir de 2026, seremos testigos de cómo las vans, esos vehículos eminentemente prácticos, aspiran a transformarse en auténticas “salas privadas” sobre ruedas, un nuevo territorio donde la amplitud y la opulencia convergen de una manera nunca antes vista.
De este modo, la presentación de esta arquitectura modular, flexible y escalable constituye mucho más que un simple avance técnico. Mercedes-Benz Vans busca estratégicamente posicionar sus futuros modelos en la cima del mercado, dirigiéndose a una clientela exigente que valora tanto la versatilidad como un nivel de refinamiento excepcional.

Vision V
Para ofrecernos una visión tangible de esta ambiciosa propuesta, Mercedes-Benz nos ha presentado el prototipo Vision V. Este vehículo conceptual personifica a la perfección la unión entre una generosa amplitud interior, una exclusividad incomparable y una experiencia digital totalmente inmersiva.
Se presenta como una limusina distinguida, concebida incluso para ser disfrutada con chófer, donde la maestría artesanal tradicional se entrelaza fluidamente con la tecnología más vanguardista. Su exterior, que exhibe una deportividad elegante, ya anticipa dinamismo y estatus, siguiendo la filosofía de diseño de “pureza sensual” característica de la marca, pero llevándola a nuevas alturas.
Atrae particularmente su silueta aerodinámica, con voladizos cortos y una línea de techo tensa que desemboca en una zaga redondeada, transmitiendo una sensación simultánea de potencia y ligereza.
Detalles cuidadosamente trabajados, como los elementos cromados y las lamas transparentes iluminadas, juegan un papel fundamental, al igual que la icónica parrilla reinterpretada con lamas de cristal iluminadas y los faros que integran la emblemática estrella de tres puntas.

“Private Lounge”
Ahora bien, es al cruzar el umbral del Vision V donde la visión de Mercedes-Benz cobra plena coherencia. Todo el interior se concibe como un salón ultra premium: una imponente puerta corrediza ubicada en el lado derecho se abre de manera automática, mientras que un estribo iluminado y retráctil facilita la entrada al área trasera, denominada “Private Lounge”.
Una mampara de cristal inteligente, cuya transparencia puede ajustarse a voluntad, separa este espacio del puesto de conducción, garantizando privacidad cuando se desea o permitiendo la comunicación según las necesidades.
Una vez dentro de este salón privado, la sensación de amplitud resulta abrumadora. Los materiales empleados son, como cabría esperar, de una exquisitez superlativa: cuero Nappa blanco cristal, seda brillante, madera de raíz de nogal de poro abierto, aluminio pulido... todos ellos combinados con una armonía palpable.
También existen vitrinas integradas con elegancia en los paneles laterales, evocando aparadores exclusivos destinados a albergar objetos personales. La consola central, ubicada entre los dos asientos individuales, es una pieza de diseño funcional, incorporando un panel táctil para el sistema de infoentretenimiento y una mesa plegable que, al desplegarse, revela un tablero de ajedrez.
Sin duda, un sutil homenaje a la artesanía atemporal. Los asientos merecen una mención especial: recuerdan a sofisticadas butacas de salón, construidas con cojines tubulares altamente flexibles y asegurados con cierres de aluminio pulido. Son ajustables eléctricamente y pueden reclinarse hasta convertirse en una cómoda cama plana. La iluminación ambiental envolvente y una refinada fragancia completan esta atmósfera de lujo envolvente.

Tecnología inmersiva
Ciertamente, uno de los elementos más espectaculares del “Private Lounge” es la pantalla de cine retráctil de 65 pulgadas con resolución 4K. Oculta bajo el suelo, emerge con elegancia cuando los pasajeros acceden al vehículo y las puertas se cierran. A través de unas lamas transparentes en el suelo, se puede observar su ascenso, dividiendo el espacio de manera teatral.
Una vez desplegada, transforma el interior en un entorno inmersivo sin precedentes. Este espectáculo visual se complementa con un sistema de sonido Dolby Atmos que cuenta con 42 altavoces, incluyendo excitadores integrados en los asientos que convierten la música en una experiencia háptica.
Por si esto fuera poco, siete proyectores estratégicamente ubicados en el techo y el suelo, junto con las ventanillas laterales que actúan como superficies de proyección adicionales, crean una experiencia digital dinámica de 360 grados. La tecnología de cristal conmutable, presente en la mampara, las lamas del suelo y las ventanillas, permite transitar de la transparencia a la opacidad en milisegundos, ofreciendo privacidad, protección solar o incluso funcionando como pantallas dinámicas.
Mercedes-Benz propone siete “mundos de experiencia” interactivos para personalizar el viaje: desde entretenimiento (películas, música), relajación (paisajes relajantes, asientos reclinados), juegos (con mando incluido), trabajo (herramientas de oficina, asistente personal), compras interactivas, descubrimiento (navegación envolvente con realidad aumentada) e incluso un modo karaoke.
De esta manera, el trayecto deja de ser un simple traslado para convertirse en una vivencia personalizable y profundamente tecnológica. El puesto de conducción no se queda atrás, incorporando una impresionante “Superscreen” que abarca tres pantallas de pilar a pilar, ofreciendo una interfaz intuitiva y acceso a toda la información relevante en tiempo real.

¿Una necesidad genuina o un exceso glorificado?
La propuesta de Mercedes-Benz con VAN.EA y el Vision V resulta, indudablemente, audaz y tecnológicamente impresionante. Representa una firme apuesta por un nicho de mercado muy exclusivo, donde el espacio interior adquiere un valor equiparable o incluso superior a las prestaciones puras o al diseño exterior tradicionalmente asociado al lujo. Se trata de una reinterpretación valiente de lo que un vehículo de alta gama puede llegar a ser.
Con todo esto, surgen interrogantes importantes. ¿Existe realmente una demanda significativa para vans que alcancen este nivel de opulencia y cuyo precio presumiblemente será estratosférico?
Si bien el mercado del ultra-lujo siempre encuentra compradores, la tarea de convertir una furgoneta, por muy avanzada y lujosa que sea, en un objeto de deseo comparable a un Clase S Maybach o un Bentley podría enfrentar desafíos culturales y de percepción considerables.
La practicidad inherente a la forma de una furgoneta parece contrastar, en cierta medida, con la extravagancia de elementos como una pantalla de 65 pulgadas o un modo karaoke.
¿Se corre el riesgo de que esta propuesta sea percibida más como una ostentosa demostración tecnológica que como una solución de movilidad verdaderamente deseable para un público amplio, incluso dentro del exclusivo segmento del lujo? Solo el tiempo y la respuesta del mercado podrán ofrecer una respuesta definitiva a esta fascinante pregunta.
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