Mexicana condenada a recibir 100 latigazos por denunciar abuso sexual en Qatar
Lamentablemente mujer paso momentos complicados en el Medio Oriente tras haber sufrido un ataque físico.
Por primera vez en su historia, el país de Qatar abrirá sus puertas a todo el mundo ya que la próxima Copa del Mundo se llevará en aquella nación. A unos meses de que arranque el torneo futbolístico más importante del orbe, la entidad del continente asiático ha sido el blanco de críticas luego de que la mexicana Paola Schietekat Sedas fue condenada a 100 latigazos.
La mujer nacida en México tuvo momentos complicados, ya que denunció abuso sexual pero paso de ser víctima a acusada. Para el sitio llamado Cuestione, la connacional relató todo lo que sufrió en durante los últimos meses en el país mundialista y también con las autoridades de ese país.
"No entiendo cómo de haber sido tan feliz en un país que, si bien es complicado vivir como mujer, yo no tenía ningún problema. Y pasar a ser víctima ahora, peor, a una sentenciada y no poder regresar a la vida que yo había formado. Siento que no sé qué más hacer, no sé a dónde ir, Me siento en el limbo", comentó para Cuestione.
El pasado seis de junio del 2021, Schietekat sufrió violencia de género por parte de una persona de origen colombiano, la cual consideraba una amistad. La mexicana reveló que el hombre sudamericano ingresó a su departamento sin su consentimiento esto sorprendió a Paola y llamó a la policía, pero momentos antes de que llegaran las autoridades forcejearon y él le propino algunos golpes.
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"Me exigieron una prueba de virginidad y ahí fue cuando me di cuenta que todo se había complicado porque ya habían asumido que yo tenía una relación con este hombre", explicó. Cabe mencionar que tener una relación extramarital es un crimen en Qatar el cual puede ser penado hasta con 10 años de cárcel y en su caso, al ser perteneciente al Islam, puede agravarse y ser sometida a 100 latigazos.
Así mismo Paola Schietekat reveló que una de las soluciones que le dieron fue se casara con su agresor, ya que así no habría el delito extramarital. "El Supreme Committee me ayudó a salir del país. Mi teléfono ya no importaba. Había grabado testimonios y los envié a Human Rights Watch, que publicarían en caso de que me arrestaran. Nunca había respirado con más alivio que cuando me sellaron el pasaporte. En México paró la adrenalina y empezó un proceso más lento, aunque igual de complejo y doloroso", dijo.