En el futbol, a veces, cuando empatas ganas
El objetivo más puro de competir, en cualquier área de la vida, es muy simple, ganar. Siempre que se respeten las reglas, no importa el cómo, la finalidad será la misma, consagrarse como el mejor, ganar. Y a veces cuando empatas, también ganas.
El sábado pasado, el partido entre Cruz Azul y América terminó en empate. Sin embargo, si la plantilla celeste obtiene conclusiones de cómo no plantear un primer tiempo y de cómo ajustar cuando el rival está siendo mejor e incluso, se adelanta en el marcador, entonces podríamos decir que el empate bien podría equivaler a una victoria azul.
Una derrota en el llamado Clásico Joven, no sólo habría significado la ruptura de la racha de 12 victorias consecutivas y la pérdida del liderato de la competencia, sino también, el perder frente al mayor rival, podría reavivar las dudas en torno a la inteligencia emocional del plantel y habría despertado los temores en su fiel y golpeada afición.
En el caso contrario, con una victoria, la Máquina habría impuesto una marca histórica y después de vencer a la némesis de los últimos años, el sentimiento triunfalista estaría por las nubes, cuando todavía no se ha ganado nada. Disputar la Liguilla por el título con un exceso de confianza es tan peligroso como iniciar la participación con temores y fantasmas en la cabeza.
Por ello, para quien escribe estas líneas, el empate era el mejor resultado para Cruz Azul. En primer lugar se termina la presión por mantener la racha de victorias, en segundo lugar, se conserva el liderado y además, permite realizar una simulación de lo que podrían enfrentarse en liguilla. El 1-1 se convierte en una llamada de atención a tiempo, para corregir, modificar y buscar nuevas variantes que le podrían ser de utilidad en una ronda de eliminación directa.
Si las lecciones aprendidas el sábado pasado se traducen en un parteaguas que fortalezca al equipo y contribuya a que hacia finales de mayo Cruz Azul levante el noveno título de su historia, poco importará el no haber impuesto marca de 13 victorias en fila y nadie recordará un empate en la jornada 15. Por el contrario, se hablará de la plantilla que terminó con una racha de 23 años sin título. Porque entonces, contrario a lo que indique el marcador, a veces cuando empatas, y ya lo decía el gran Vince Lombardi, “Ganar no es lo más importante, es lo único”.
Por Jorge Ruggiero