México derrota cómodamente a Guatemala en juegos amistoso
La selección nacional tuvo, como se esperaba, una noche tranquila en el estadio Azteca y ganó con goles de Henry Martín, Orbelín Pineda y Sebastián Córdova.
La Selección Mexicana cumplió con el trámite y, a medio gas, sin aspavientos, derrotó 3-0 a su similar de Guatemala en la cancha del estadio Azteca. Los goles, solo para engrosar la estadística, fueron obra de Henry Martín, Orbelín Pineda y Sebastián Córdova. Por lo demás, muy poco, casi nada, que contar.
Tras lo visto en el Coloso de Santa Úrsula la noche de este miércoles, quedó claro que jugar contra Guatemala en el estadio Azteca o jugar un interescuadras en el Centro de Alto Rendimiento de la FMF hubiera sido lo mismo.
Entre los corte y pega que tuvo que realizar Gerardo Martino para armar a su grupo de seleccionados para este duelo y la mini gira por Europa de la próxima semana, lo que deja el encuentro frente a los chapines es muy poco en lo que se refiere a la utilidad táctica/técnica y mucho en cuanto a la lección de armar partidos al vapor sin razón de ser.
Y es que en lo grupal, Martino ni siquiera pudo ver esbojos claros del funcionamiento de su equipo. Fueron dos rostros totalmente diferentes los que mostró México en uno y otro tiempo que solo tuvieron un común denominador: el letargo, la poca gana que inspiraba un rival insípido y un partido infumable. Así, ni romperse la cabeza en parados, estrategias y demás.
En lo individual, hay apuntes que quedaron en la libretita para considerar después: lo de Córdova, que llegando desde atrás es una llave importante de acceso, de lo mejor que se le viene al Tri rumbo a Catar; lo de Martín, fierro seguro en el corazón del área, fuerte, con presencia y que va por todas; el resurgimiento de Orbelín, confirmando que lo que vive en Cruz Azul es real, que está de regreso tras épocas de grises en las Chivas. Y, de ahí, todo normal, todo sereno.
Ahora a pensar en la mini gira por Europa sin voltear a ver lo que pasó ante Guatemala. No hay razón para hacerlo. La exigencia será otra, los jugadores también y los rivales son de alta monta.