A 70 años de la primera piedra del estadio Olímpico de CU
La casa de Pumas es uno de los recintos deportivos con más historia de nuestro país, albergó los Mundiales del 70 y 86, además de los Juegos Olímpicos del 68.
Este 7 de agosto se cumplen 70 años de que se colocó la primera piedra del Estadio Olímpico Universitario, patrimonio de la humanidad y estandarte de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
Sede de los Juegos Olímpicos de 1968 y de los Mundiales de México 70 y 86, además de Juegos Panamericanos y Centroamericanos, la casa de los Pumas es uno de los inmuebles deportivos de nuestro país con más historia.
Edificado sobre zona cubierta de lava del volcán Xitle, el estadio Olímpico de CU también fue testigo de un hecho histórico para el deporte mundial cuando, en 1968, la mexicana Enriqueta Basilio se convirtió en la primera mujer en la historia en portar la antorcha olímpica para encender el fuego del pebetero.
El encargado de trazar la obra del estadio Olímpico Universitario fue Augusto Pérez Palacios, quien se basó en las teorías del ingeniero estadounidense Gavin Hadden sobre el mejor acomodo de espectadores en recintos deportivos.
El estadio formó parte de un proyecto que incluyó, a la par, la construcción de los edificios de la Facultad de Filosofía y Letras y de las escuelas nacionales de Jurisprudencia y Economía, ahora conocidas como facultades de Derecho y Economía.
En la construcción del inmueble universitario participaron más de 10 mil obreros. La obra tuvo un costo de 28 millones de pesos. El estadio fue inaugurado el 20 de noviembre de 1952 como sede de los Juegos Juveniles Nacionales.
El Olímpico de CU está compuesto por 42 túneles, cada uno de ellos con una longitud de entre ocho y 60 metros.