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En la grandeza del rival encuentras el valor de tu triunfo

Ciudad de MéxicoActualizado a
Getty Images

Jurgen Klopp es el mejor técnico del mundo. No solamente por su palmarés y su increíble capacidad para hacer que cualquier equipo funcione y consiga títulos; es el mejor entrenador del mundo porque entiende el fútbol en su esencia.

En enero, Daragh Curley, un niño de 10 años aficionado al Manchester United, le escribió una carta a Klopp en un tono desesperado en la que le pidió al técnico que deje que el Liverpool pierda, pues ya ha ganado mucho y todos los demás equipos deben tener la oportunidad de ganar y sus aficionados, de saborear las mieles del triunfo.

Estoy segura de que no es la primera ni será la última carta que reciba el entrenador alemán. Mucho menos después de que tuviera la humildad y la empatía para contestar a las inquietudes y peticiones de Daragh. En su respuesta, Kloop logra poner las palabras precisas para poder explicarle a un niño de 10 años por qué el fútbol es el deporte más bonito del mundo.

Después de aclararle que no puede hacer el que Liverpool pierda, porque eso, además desilusionaría a muchos aficionados a los Reds alrededor del mundo, Klopp escribe: “Afortunadamente para ti, hemos perdido juegos en el pasado y los perderemos en el futuro, porque así es el fútbol.” Y si no fuera así, no sería tan adictivo ni pasional como lo es. Si el futbol no fuera una nueva oportunidad de 90 minutos cada vez que suena un silbato hace muchos años hubiera dejado de existir. Si siempre ganáramos, en el fútbol o en la vida, ¿con quién jugaríamos?

“Al leer tu carta, puedo decir con seguridad que una cosa que no cambiará es tu pasión por el fútbol y tu club. Manchester United tiene suerte de tenerte.” Sin duda, qué afortunados son los equipos que tienen una afición que les es fiel, que le duelen las derrotas y que quisiera verlos triunfar. Esto solo se puede multiplicar cuando hablamos de un niño. La lealtad que se siente a un escudo y unos colores es inexplicable para un verdadero aficionado; es inherente a él y, en la mayoría de los casos, conlleva al rechazo a otro club. En el fondo no dejamos de tener 10 años y de ver la vida como un cuento con buenos y malos.

Por eso Kloop termina su carta con letras doradas, que deben de resonar en un niño y en todo aquel a quien le guste el fútbol, palabras que sirven para detener la violencia en cualquiera de sus manifestaciones: "Aunque nuestros clubes son grandes rivales, también tenemos mucho respeto mutuo. Eso, para mí, es lo que significa el fútbol.”

Estas dos cartas entre un niño de 10 años y un técnico de 52, con nacionalidades, objetivos y sentimientos distintos, pero la misma pasión, muestran el respeto al fútbol. Como también escribió Klopp: "El problema es que cuando tienes 10 años crees que las cosas siempre serán como ahora, pero si hay algo que puedo decirte a los 52 años es que, definitivamente, no es cierto.”

El fútbol es un cambio constante, una ruleta de posibilidades y una montaña rusa de emociones. Es un deporte para disfrutar, no para sufrir, porque en la grandeza del rival encuentras el valor de tu triunfo.

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