Tigres se escudó en el "fue sin querer queriendo"
Don Manolo se enteró de algunas situaciones
¡Buenas, chavales! ¡Vaya finde el que habéis vivido! Como sabéis, Tigres la lió parda con su ridículo en el Puerto Jarocho y, tras días en silencio, finalmente jugadores y entrenador han comenzado con las disculpas, pero, ¿realmente son sinceras?
Vamos a ver. Las cosas se han puesto calientes en la directiva de los felinos, hasta el punto de crear un equipo anti-crisis con el objetivo de mejorar la imagen del club frente a los aficionados mexicanos y la prensa internacional. Con la presión de la Universidad Autónoma de Nuevo León, por la ausencia total de los valores que representan a la institución y la falta de solidaridad para acompañar la crisis de los jugadores de Veracruz, la respuesta contra la crisis fue disculparse a través de su entrenador y su jugador estrella. En teoría, una idea cojonuda, pero en la práctica, un desastre de la hostia, y más porque lo hicieron casi tres días después. ¡Vaya coñazo!
En realidad, llamar disculpa a la rueda de prensa del 'Tuca' Ferretti puede sonar muy pretencioso. 'El Bigotón' se excusó con la idea de no querer ver el partido suspendido en caso de quedarse quietos los tres minutos, además de la gigantesca multa que le habría caído a los pobres Tigres. Sin embargo, Ferretti lamentó con toda honestidad la confusión y que, casualmente, Eduardo Vargas la clavó en la escuadra, cuando normalmente no es capaz de anotar ni aunque le abran la puerta de par en par.
Pero eso no es todo, machotes. Váis a flipar. André-Pierre Gignac presentó siete puntos en los que aclaró lo ocurrido en el Luis 'Pirata' Fuente. El francés, al más puro estilo de Chespirito, se escudó en el "fue sin querer queriendo" y, en una mezcla de cinismo e ingenuidad, la estrella de la Liga MX afirmó que no quería anotar; que su disparo, con todo y efecto, fue un intento inocente de mandarla fuera del campo. ¡Alucinante!
Y pues nada, chavales, no sé qué piensen ustedes, pero esas 'disculpas' han llegado un poco tarde y con una sinceridad que seguro ha cambiado la perspectiva del mundo sobre el follón que se vivió en el Puerto.
Quizá algún día tengan la oportunidad de recuperar esos tres minutos que los separan de ese reconocimiento de grandeza que tanto han exigido al balompié azteca.
¡Hala, pringaos! ¡Hasta ahora!