El Real Madrid de Gustavo Ayón custodia la entrada a playoffs
Los merengues, a salvo en el tercer sitio de la clasificación general, solo tienen pendiente el asalto al subliderato del grupo. Los griegos necesitan la victoria.
Duelo de gigantes en Atenas, sometido al fuego del infierno griego. Un partido de playoffs extemporáneo. El aroma a épica, la tensión cortada a lumbre verde. Una sesión de éxtasis en el parqué que podrás disfrutar el jueves 27 de enero de 2019, a partir de las 12:45 horas a través de la 'fan page' de AS México en Facebook. Reyerta en mayúsculas con metas dispares: el Madrid, en reposo, es el último protector de la puerta de playoffs; el Panathinaikos, en apuro y en gracia a la vez, pone sus esperanzas al servicio de Calathes, la mística del pabellón olímpico ateniense y el panteón de Zeus. El partido no admite dejaciones. Ni indefiniciones.
El Real Madrid de Gustavo Ayón, cuya inclusión en el once ideal es un proyecto maquinado por Pablo Laso a raíz de la doble derrota de la anterior semana (Baskonia y Barcelona), está cómodo en el tercer casillero del grupo, a tres victorias de distancia de su más cercano perseguidor, el Anadalou Efes turco. A falta de dos rondas, la posición de los madrileños no empeorará bajo ninguna circunstancia. El único aliciente, que bien sería una quimera, es alcanzar el improbable segundo sitio de la clasificación general, apartamento en poder del CSKA de Moscú, en el entendido que el Fenerbahçe no soltará el orbe. En el retrovisor, la incontestable victoria blanca en Madrid 89-68 en la ronda 13, en noche de recital de Causeur (14 puntos), Campazzo (13) y Tavares (11+7).
Por contra, el Panathinaikos está en combustión. La guardia de evzones de Pitino, pizarra curtida en el TD Garden y el Madison Square, es el equipo con mejor estado de forma en la recta final de la temporada regular. Dan cuenta de ello seis victorias consecutivas; cuatro, por más de 90 puntos. En dos ocasiones a lo largo de la racha, el perímetro de Pitino ha dejado a la ofensiva rival en mínimos de 70 puntos. James Gist y Giorgios Papagiannis echarán cerrojo mientras Nick Calathes, brújula y escuadra, será el faro. Atenas no es Memphis. Sus temibles registros (27 puntos contra el Milan; un alucinante 39 de valoración) son aplicaciones que rastrearía NBA. Sin embargo, aquel barco ya zarpó del Pireo. Le queda Europa, y el incontenible deseo de autoresarcimiento. Las gradas pondrán el fuego y Calathes, la poesía.
Las excursiones son lo suficientemente tortuosas como para que el Madrid les tema. El viaje por autobús a Baskonia dejó más diagnósticos que conclusiones para Pablo Laso. Tres de cuatro derrotas en sus últimas travesías fuera del Wizink Center no son credenciales atemorizantes para un club que aspira al bicampeonato. El partido en Atenas tiene riesgo; primero, por la ausencia de tensión competitiva, un factor que históricamente le puede al Madrid de Laso y, segundo, Tavares y Ayón deberán forzar la máquina para detener el juego interno de Pitino. En la creación, Calathes y Llull colisionarán en desafío de triples, coladas y pick & roll. El Panathinaikos es dueño de su destino: 15 victorias y 13 derrotas, séptimo lugar general. Un paso e inscribirá su nombre en la lista de invitados a los playoffs. Y el Madrid es el custodio de la puerta.