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Tángana o tangana

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La trifulca entre futbolistas suele llamarse “tangana”... o ¿”tángana”? El Diccionario incluye las dos, si bien mantiene los significados correspondientes en la entrada “tángana”, y eso implica que prefiere esa posibilidad (aunque no rechace la otra).

¿De dónde viene esta curiosa palabra? El recorrido por distintas obras lexicográficas nos ayuda a adivinar su origen. El diccionario Urban, editado en 1964 con los auspicios de Menéndez Pidal, señala que en Burgos y Salamanca el término “tángano” (en masculino) significa “rama seca de un árbol”. Asunto importante, porque el concepto de “madera seca” inherente a ese vocablo irá evolucionando, y, ya con la palabra en femenino (“tángana”), designará el juego que consiste en arrojar tejos contra un cilindro de madera. Es decir, contra una rama seca (más pequeña, y adaptada para que pueda posarse en el suelo). La voz “tángana” entra en el Diccionario en 1925, con ese único significado y con el acento que la hace esdrújula.

El término saltó luego a América sin olvidar su evocación arbórea, y así en Ecuador y Perú “tangana” (ya sin la tilde) equivale a la “palanca de madera usada para impulsar las canoas cuando llegan a los bajos de los ríos”. Y con ese sentido la emplea Vargas Llosa en seis ocasiones en su obra ‘La casa verde’.

Ahora bien, ¿cómo es posible que de la rama seca y de la palanca de madera se haya saltado a la trifulca deportiva? Veamos.

La diversión del juego de la tángana, tangana o chito consiste en que se arrojan los tejos contra el cilindro de madera seca (de nuevo este concepto), sobre el que se han depositado en forma de pila las monedas que los jugadores apuestan. El que logra derribar la tangana o tángana (a veces también se le llamaba “tanga”) se lleva las monedas que hayan caído más cerca de su tejo que del cilindro.

Pero en la práctica se producían muchas discusiones sobre la distancia entre el tejo lanzado, el cilindro derribado y las monedas esparcidas, así como sobre el justo reparto del dinero, lo cual, según el investigador Alfred López, llevó a la gente a decir a menudo “se ha montado una tangana”.

La opción “tángana” (esdrújula) es la que se extendió más en América para referirse a la discusión deportiva, y la recogió la Academia en 1970 como procedente de Puerto Rico.

¿Ustedes prefieren “tángana” o “tangana”? Bueno, las dos forman parte de nuestra lengua común, así que no montaremos ninguna trifulca por esa minucia.