Te quiero, camero
En el descanso me empezó a doler el pecho. Intenté tranquilizarme. Pero me di cuenta que era producto de la angustia. El infierno de San Paolo me estaba abrasando...
Como hace 30 años. La estancia del Madrid en Nápoles fue un revival de lo sucedido hace tres décadas allí con el equipo liderado por la Quinta del Buitre + Hugo Sánchez + Gordillo. Cacerolada junto al hotel de concentración, insultos y gritos para intimidar a los pupilos de Zidane (en 1987 el técnico era Beenhakker), y puertas abiertas en San Paolo cinco horas antes para recrear un ambiente cercano a eso llamado ‘Infierno’. Pamplinas. Esto es fútbol. Si hace treinta años fue Butragueño el que apagó el Vesubio (Maradona y Careca pueden dar fe de ello), en 2017 fue Ramos el que hizo de bombero ante un rival encorajinado que siguió a pies juntillas las consignas de su entrenador (Sarri): “Intentaremos tocarles los huevos”. Vaya si lo hicieron, pero cuando hablamos de cuestiones testiculares sueltas a la arena a Ramos y se acaba la batalla...
El sorteo. El día 17 se efectuará el sorteo de cuartos de final. Allí estarán, con total seguridad, Zidane y Ancelotti. La pareja fetiche que ganó la Décima en Lisboa. Dos técnicos con estrella, dos amigos. Ambos conquistan Europa con una sonrisa. Y buen fútbol. Aunque fueron prisioneros de la BBC. Bendito martirio. Mejor acostumbrarse a convivir con un trío tan fascinante como irritante a la vez. Pero ojo, tanto en Lisboa como en Milán ganamos con la BBC en el once titular. Por algo será.
Euforia merengue. Hasta la caldera de Nápoles se acercaron 1.200 valientes que superaron los trucos de las autoridades (les metieron en autobuses que tardaron dos horas en hacer un recorrido de 15 minutos) para llegar al éxtasis con el doblete de Ramos y el gol Morata (Italia se rinde ante ti, Alvarito). Esta gozosa victoria va por los madridistas de la India (Nagpur, Bombay, Trivandrum, Kerala y Maharashtra), la Peña Espejo 2001 de Córdoba, Villa de Sotillo de Adrada (Ávila), Yohander Tamayo de Huelva y Lucía, la bebé vikinga recién nacida en la Puebla de Montalbán. ¡Felizidane!