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REAL MADRID

Raymond Kopa: El Napoleón de exquisito regate

Perfil de Raymond Kopa en la colección 'Cien años del Real Madrid', publicada por AS en 2001 con motivo del centenario del club blanco.

MéxicoActualizado a
Raymond Kopa: El Napoleón de exquisito regate

Cuentan que cuando Raymond Kopa llegó al vestuario del Real Madrid empezó a darse cuenta de la grandeza del club blanco. Fichado días antes de la final de la Copa de Europa al Stade de Reims, la presentación oficial se hizo en los mismos vestuarios del Parque de los Príncipes instantes antes de que comenzase a jugarse el primer título europeo entre el Real Madrid y el propio Stade de Reims. Raimundo Saporta era el cicerone de Kopa y el que le iba presentando a los jugadores madridistas. Llegó el momento del saludo entre el delantero galo y Di Stéfano. "Hola, Di Stéfano, ¿cómo estás?", le preguntó. Di Stéfano ni se inmutó. Estaba atándose las botas y continuó de esa manera. Esa respuesta, como luego reconocería el francés, le entristeció. Poco después y ya en el calentamiento, Di Stéfano se acercó y, cortésmente, cumplió el trámite: "Saludos, Kopa". Ese frío recibimiento murió allí. Posteriormente, y cuando el Madrid sufría apuros, Di Stéfano le llamaba y le cedía la pelota: "Kopa, para ti", y el galo se iba al último rincón del campo y tapaba la pelota hasta que amainaba el temporal.

Raymond Kopaszewski era un joven chaval francés, de ascendencia polaca, nacido en Noeux-Les-Mines, un pequeño pueblo minero del norte de Francia. Justo detrás de su casa se encontraba el terreno de juego del equipo del pueblo, en el que ingresaría a los diez años de edad. Tras finalizar sus estudios primarios entró a trabajar en una mina de carbón donde también lo hizo su padre. En un accidente minero perdió una falange del dedo anular de su mano izquierda, que no le afectaría para jugar. En las filas del US Noeux-Les-Mines estaría hasta 1949, año en que se fue al SCO de Angers. Allí, y bajo el tutelaje de Camille Cottin, su entrenador, se consagró plenamente y el Stade de Reims le fichó en 1951 por un montante de 1.800.000 francos de la época. Allí estaría cinco años, hasta 1956. Durante ese lustro en el Reims firma una tarjeta sorprendente: 158 partidos, 48 goles, es elegido tercer mejor jugador de Europa (por detrás de Matthews y de Di Stéfano) y llega a participar en la primera final de la Copa de Europa frente... al Real Madrid con un equipo en el que también destacaban Hidalgo, o Jonquet, pero sobre todo sobresalía él, Kopa.

"Yo nunca pretendí ocupar el eje de la delantera. Ahí estaba el 'jefe': Di Stéfano"

Raymond Kopa

Ya en Chamartín explotó una nueva polémica con Di Stéfano: uno de los dos tenía que ocupar el eje de la delantera, y el otro pasaría a ocupar la demarcación de interior. Jugar en el Real Madrid se complicaba aún más para las estrellas, pero como reconoce el propio Di Stéfano: "La verdad es que la idea de Bernabéu cuando le trajo era que él jugara de delantero centro y yo de interior o de extremo derecho. Probamos en los entrenamientos, pero salió todo torcido. A mí me daba lo mismo, porque iba al centro igual". Conclusión: Di Stéfano seguía siendo el centro del ataque y Kopa pasaba a ser el nuevo extremo derecha, aunque también jugase de interior.

"Los tres años que estuve en el Real Madrid fueron inolvidables. La mejor etapa de mi vida. Vine al primer equipo de Europa"

Raymond Kopa

Así estuvo tres años en Madrid, en donde llegó a ganar tres títulos de campeón de la Copa de Europa (1957, 1958 y 1959), vencedor del Balón de Oro en 1958 y ser nominado en 1957 (tercero) y 1959 (segundo). En verano de 1958, Kopa vería cómo uno de sus grandes sueños se iba a realizar. Ese año llegaba Puskas a la disciplina del Real Madrid y el húngaro era el ídolo del galo. "Le había descubierto cuando jugó contra Inglaterra. Por haber ganado el título de campeón de Francia, el Stade de Reims nos invitó a Wembley, a presenciar el partido entre Inglaterra y Hungría de 1953. Esa fue la primera vez que le vi y me llamó la atención. Era un futbolista excepcional".

"Sería imposible calcular lo que valdría ahora aquella vanguardia que formábamos Rial, Gento, Puskas, Di Stéfano y yo"

Raymond Kopa

Con la suma de Puskas, el Real Madrid reunía a la crème de la crème en el ataque. Di Stéfano, Kopa y Puskas. Ahí es nada... Pero esa unión sólo duró una temporada. En 1959, y tras rechazar la renovación que le ofrecía Bernabéu de cinco años y el doble de ficha, El fransuá, como le conocían sus compañeros, abandona el club después de lograr su tercer título eruopeo tras derrotar al Stade de Reims por 2-0, con goles de Mateos y Di Stéfano. En total, Kopa participó en 103 partidos con el Real Madrid y anotó 30 goles. Preguntado tiempo después por su marcha, Kopa respondió: "Los negocios que poseía me reclamaban. Además, mi mujer me acostumbró a la vida española".

Regresó al Stade de Reims, el conjunto de su vida. Allí permanecería ocho temporadas, seis en Primera y dos en Segunda, antes de retirarse definitivamente.

"Kopa es el Napoléon del fútbol"

Desmond Hackett, autor del apodo

Subastó su Balón de Oro en 2001

La noticia saltó a la luz en marzo de 2001. Raymond Kopa, el Napoléon del fútbol, subastaba parte de los trofeos mundiales, conseguidos a lo largo de su trayectoria deportiva. El motivo, la ayuda contra el cáncer. Militando en el Real Madrid, un hijo suyo falleció debido a esa enfermedad. Kopa no se lo pensó dos veces a pesar de que entre esos recuerdos figuraban medallas conmemorativas de las Copas de Europa; dos Ligas con el Real Madrid; cuatro con el Stade de Reims e, incluso, el Balón de Oro otorgado por France Football.

Su mejor partido | Real Madrid 5-0 Atlético (Liga, 2 de noviembre de 1958)

A lo largo de sus tres temporadas como jugador del Real Madrid, Raymond Kopa realizó grandes actuaciones en diversos partidos. Pero, sin duda, el partido en el que más destacó fue un derbi ante el Atlético de Madrid disputado en noviembre de 1958. Kopa disputó todo el partido de delantero centro y anotó dos goles, el segundo a los 8 minutos y el último a los 76. Pazos, meta rojiblanco, no pudo frenar la avalancha madridista.