México lindo y... lo mismo; el Tri dejó escapar a Argentina

México apostó por el contragolpe, le hizo partido a Argentina y lo tenía 2-0 abajo a los 84 minutos de juego, hasta que uno de sus mejores elementos del encuentro, el arquero del América, Moisés Muñoz, le regaló un balón a Ezequiel Lavezzi para que el delantero del PSG le pusiera un bombón al Kun Agüero y la Albiceleste se metiera de nuevo al partido.

Cuatro minutos después, Lionel Messi, que no había gravitado en el encuentro, hizo el empate y le arrebató al Tuca Ferretti su primera victoria como técnico interino del Tri.

Ciertamente tampoco habría que matar a Muñoz, pues antes ganó dos mano a mano, ante Correa y le sacó un buen remate a Tevez, pero sí aceptar que terminó por dar al traste a lo que practicó el cuadro mexicano en la gira por Estados Unidos.

También habrá que reconocer que México tuvo la mayor cantidad de oportunidades claras de gol, pero que sus atacantes suelen desperdiciar tres o cuatro, antes de poder empujar una.

Se esperaba que Messi, el mejor jugador del mundo, sólo participara medio tiempo, pero acabó los más de 90 minutos y anotó el del empate, recibiendo como Dios y definiendo por ente las piernas del arquero tricolor.

Para destacar el extraordinario juego del volante del Porto, Héctor Herrera, quien además de generar tres o cuatro contragolpes mexicanos, hizo el segundo tanto del cotejo, con un bombazo desde fuera del área que Nahuel Guzmán no pudo contener, a los 69 minutos del tiempo corrido.

Si hablamos de posibilidades, el partido lo hubiera ganado México, pues generó nueve muy claras; dos de ellas desperdiciadas por Javier Hernández, nuevo centro delantero del Bayer Leverkusen y dos más erradas por Raúl Jiménez, del Benfica, que ayer dejaron en la banca a Carlos Vela. Sin embargo, tampoco se le puede recriminar al Chicharito por un mal juego, pues anotó de penal el primero y dio el pase para el segundo.

El gol que abrió el marcador fue una jugada colectiva a las afueras del área celeste la que dejó a Jiménez frente al Patón Guzmán, pero antes de que el atacante del Benfica lograra patear a puerta, Nicolás Otamendi llegó por atrás y se interpuso ante el balón y la pierna del mexicano para hacerle falta, por lo que el silbante Ricardo Salazar marcó un claro penal.

Hernández le pidió el balón al cobrador oficial, Andrés Guardado, y con esa confianza la metió al poste izquierdo de Nahuel para abrir el marcador y ponerse a cinco tantos de Jared Borgetti, máximo anotador con la Selección Mexicana, gracias a sus 46 tantos.

Por el lado de Argentina, vale decir que tuvieron el balón la mayor cantidad de tiempo efectivo, pero que fueron lentos, obvios y poco efectivos en los pies de Ángel Correa, que no parece estar a la altura de sus compañeros.

Una fiesta fue la defensa de los albicelestes; por las bandas, Rojo y Roncaglia poco pudieron hacer con la velocidad de los mexicanos y en la central, Otamendi pegó más patadas a los aztecas, que al balón.

El cotejo se celebró ante un impresionante lleno en la majestuosa casa de los Dallas Cowboys, que este domingo arrancan temporada, justo ahí, ante los Gigantes de Nueva York.