Fernando Gago, de Chivas a Boca y ahora Necaxa: dos experiencias parecidas, un nuevo intento
En menos de un año dirigió a dos gigantes y se fue con más preguntas que respuestas. Qué dejó en cada club y qué le espera ahora


Fernando Gago protagonizó uno de los movimientos más llamativos del mercado de entrenadores en el último año. Pagó de su propio bolsillo la cláusula para dejar Chivas, asumió en Boca Juniors bajo una fuerte presión, y pocos meses después ya inicia una nueva etapa como técnico de Necaxa. La gran incógnita es si este nuevo desafío marcará finalmente un punto de inflexión en su carrera.
Con su llegada al equipo de Aguascalientes, Gago intentará romper un patrón que se repitió en sus últimas experiencias: procesos cortos, exigencias máximas y salidas apresuradas. La experiencia acumulada en dos instituciones de peso como Chivas y Boca puede jugar a su favor, aunque también le recuerda una deuda pendiente: construir algo sólido y sostenido en el tiempo.

Tanto en México como en Argentina, el entrenador mostró convicción en sus ideas, recursos tácticos y tramos de buen fútbol. Pero también evidenció dificultades para sostener sus proyectos ante los primeros cimbronazos. En ambos casos dejó un saldo estadístico aceptable, pero sin logros concretos y con la sensación de que todo quedó a medio camino.
En Chivas, Gago asumió con grandes expectativas. En 38 partidos consiguió 17 victorias, 11 empates y 10 derrotas, con 53 goles a favor y 39 en contra, promediando 1.64 puntos por partido. Su propuesta se apoyó en un esquema 4-3-3 con presión alta, posesión prolongada y laterales con vocación ofensiva. El comienzo fue prometedor, pero con el correr de los meses, el equipo cayó en la irregularidad y comenzó a mostrar desequilibrios.
En octubre de 2024 decidió romper su contrato con el Rebaño para asumir en Boca Juniors. Según se supo, fue él mismo quien financió la rescisión, convencido de que aquella oportunidad era única.
El ciclo en Boca Juniors tampoco resultó como esperaba. Duró apenas 197 días, con 30 partidos dirigidos y una efectividad del 63,3%. Si bien las estadísticas no fueron negativas, los golpes en los partidos clave, la eliminación en la Fase 2 de la Copa Libertadores y la derrota en el Superclásico, aceleraron su salida. Así, se convirtió en el entrenador más fugaz de la gestión de Juan Román Riquelme.
Con 39 años, Gago regresa a la Liga MX para tomar las riendas de Necaxa, un club que busca estabilidad tras la salida de Nicolás Larcamón. Firmó contrato hasta junio de 2026 y, por primera vez en mucho tiempo, tendrá margen para trabajar sin la presión extrema de un gigante, pero con la mirada ferviente de la afición y la prensa.
¿Será este el escenario ideal para relanzar su carrera? Tal vez. Gago podría tener la oportunidad de madurar como entrenador, consolidar una idea de juego y, sobre todo, darle continuidad a un proyecto. Porque si algo dejó claro su último año, es que en el fútbol, apurarse puede salir muy caro.
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