Este verbo significa “colocar señales”, y no “indicar el lugar donde se ha cometido una falta”.
Este término puede proceder de la antigua Copa Davis, en la que se disputaban finales previas de zona. La palabra suena muy vendedora, y sirve de reclamo periodístico y deportivo.
El lenguaje de cierta violencia ya puebla desde antiguo el vocabulario del deporte. Se dice “cañonazo”, “cañonero”, “obús”, “disparo”, “bombear”, “asedio”…
Este anglicismo no sólo se usa en el golf, sino también en el surf. El término procede del escocés, que lo tomó a su vez del francés.
Los franceses se salieron por la tangente para denominarlo “juego decisivo”. Lo que no procede es llamarlo “muerte súbita”, porque se puede perder y continuar jugando.
La anécdota de Federer y Nadal ha contribuido a extender una traducción literal del inglés. Hasta ahora no se decía “partidos de caridad”, sino “partidos benéficos”.
El léxico del baloncesto va llegando al fútbol y a otros deportes. Los anglicismos crudos se relacionan con el prestigio de todo lo que viene de Estados Unidos.
El circuito de Indianápolis consta de cuatro rectas y cuatro curvas. El término ‘oval’ procede del latín ‘ovum’ (huevo) y evoca esa forma.
El fútbol italiano no tiene nada que ver con ese elemento químico tan valioso. Ese nombre entronca con el juego primitivo que se disputaba en Florencia.
Esta expresión se refiere en el cine al equipo que rueda las escenas de riesgo. El precedente más lejano se halla en el lenguaje militar.
Los comentaristas de Fórmula 1 están perdiendo la oportunidad de ser referentes del buen uso del español.
Si usted pone en Google Imágenes esa palabra, le saldrán sólo barandillas. Se puede comprender el error, pues en ese saludo inicial se van dando la mano todos.
Incluso quien tenga nociones de inglés se quedará perplejo al escuchar esta expresión. Casemiro o Xabi Alonso encajan con ese concepto, pero no Kroos.
Este adjetivo no equivale a “pobre”, “despreciable”, “insuficiente” o “escaso”. La palabra procede de Pirro, ganador de batallas que más le habría valido no empezar.
El himno del Sevilla contiene una expresión que la Academia desaconseja. Curiosamente, se repite en canciones de Juanes, Cómplices y Camilo Sesto.
Ese verbo se ha venido vinculando en español con palabras que evocan la violencia. ¿Diríamos que Federer y Nadal se tienen un odio deportivo?.
En algunos países de Hispanoamérica dicen "Supertazón" y "mariscal de campo". El "quarterback" equivaldría en fútbol al cerebro del equipo, al organizador
Ese sustantivo implica que se hace un pago de dinero. El adjetivo o bien sobra o bien significa que la sanción sale barata.
Los comentaristas hablan de “golpe de derecha” incluso cuando el tenista es zurdo. En inglés, ‘drive’ sí que sirve para el derechazo y el zurdazo.
Según el Diccionario, significa “acción valiente”, pero no define el sexo de quien la desarrolla. Con este adjetivo se da a menudo una contradicción en los términos.
Una frase como “la técnica del Betis femenino es muy buena” resulta ambigua. Casos similares se dan con “la música”, “la mecánica”…
Asistencia llegó del baloncesto al balompié, como tiro libre o falta en ataque. El balonmano parece refractario a tomar vocablos del fútbol.
Un delantero sale del campo, y entra en su lugar otro delantero. En casos así puede ocurrir que el narrador proclame: “Es un cambio hombre por hombre”.
En el mundo arbitral, lo que se aplica a uno se aplica a todos. La función de “pitar una falta” no se reserva sólo al juez de la contienda.
El sufijo “-ato” sirve para formar sustantivos que indican dignidad, cargo o jurisdicción. Su aplicación a nombres propios cuenta con los antecedentes de “porfiriato” y “onganiato”.
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