Ni Francisco I. Madero, ni Venustiano Carranza: este es el dueño del famoso Monumento a la Revolución de CDMX
Su valor cultural radica en su imponente arquitectura, su función como mausoleo de héroes revolucionarios y su papel como espacio de encuentro y expresión social.

El Monumento a la Revolución se erige como una de las estructuras más emblemáticas de la Ciudad de México, simbolizando la identidad nacional y conmemorando la trascendental Revolución Mexicana. Su valor cultural radica en su imponente arquitectura, su función como mausoleo de héroes revolucionarios y su papel como espacio de encuentro y expresión social.
Historia del Monumento a la Revolución en la CDMX
La historia del Monumento a la Revolución está intrínsecamente ligada a la transformación política de México en el siglo XX. Inicialmente concebido como el Palacio Legislativo durante el mandato de Porfirio Díaz para conmemorar el Centenario de la Independencia en 1910, el proyecto quedó inconcluso con el estallido de la Revolución Mexicana, dejando una estructura de acero abandonada durante años.

Fue en la década de 1930 cuando el arquitecto Carlos Obregón Santacilia propuso transformar el esqueleto del fallido palacio en un monumento dedicado a honrar a los héroes de la Revolución. Posteriormente, el escultor Oliverio Martínez se unió al proyecto, añadiendo cuatro columnas que simbolizan la Independencia, la Ley Agraria, la Ley Obrera y la Ley de Reforma, enriqueciendo así su significado.
El Monumento a la Revolución fue inaugurado oficialmente en 1938, presentando estilos arquitectónicos que combinan el art déco con elementos del nacionalismo mexicano. Su construcción culminó ese mismo año, y en 1986 se añadió un museo que ofrece una visión concisa de cincuenta años de la historia de México, desde la reafirmación de la soberanía nacional por Benito Juárez hasta la promulgación de la nueva Constitución en 1917.
Más allá de su valor simbólico y arquitectónico, el monumento alberga en su interior el Museo Nacional de la Revolución, ubicado en la planta baja, que narra la historia de México desde 1867 hasta 1917 a través de 400 piezas, incluyendo banderas, documentos y fotografías. Además, cuenta con una cripta donde descansan los restos de figuras clave de la Revolución como Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Francisco Villa, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas.

El Monumento también ofrece a los visitantes la oportunidad de ascender a un mirador panorámico a 65.7 metros de altura a través de un elevador de cristal, brindando una vista de 360 grados de la Ciudad de México. Especialmente durante la noche, la vista de la Fuente Centenario con su juego de luces se convierte en una experiencia inolvidable.
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El dueño del Monumento a la Revolución en CDMX
Propiedad del gobierno mexicano y administrado por la Alcaldía Cuauhtémoc, el Monumento a la Revolución no es solo un ícono arquitectónico y un espacio de memoria histórica, sino también un vibrante centro de expresión ciudadana y escenario de diversos eventos culturales y sociales, manteniendo vivo el espíritu de lucha y transformación del pueblo mexicano.

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