Canelo, contra la opinión pública

Es curioso pensar en la carrera de Saúl ‘Canelo’ Álvarez. Siempre ha estado acompañada de críticas y polémica. No importan las decisiones o actuaciones del pugilista, parece nunca ser suficiente.

Al inicio de su carrera como profesional existió una gran rivalidad con Julio Cesar Chávez Jr. que iba más allá de lo que cada uno había hecho sobre el ring, porque cada uno representaba y era imagen de las televisoras más importantes del país. Siempre se dijo que con Julio la gente esperaba ver al padre y por eso dejaba a deber, mientras que Canelo parecía ser un producto inflado, fabricado como una estrella de telenovela, más que un verdadero atleta.

El Canelo ha continuado su carrera. Ha crecido, deslindado de la televisiva que lo vio nacer, y no ha dejado de ser juzgado por no tener rivales de altura, según sus críticos. Ha sido siempre un atleta que se ha mantenido trabajando e intentando crecer. Este fin de semana perdió al subir de categoría, lo que para mí significa ganar credibilidad, pero aún así la difamación continúa.

En México estamos ávidos de ídolos, de héroes, y parecía que Saúl tenía todo para ser uno de ellos, pero el efecto es todo lo contrario. No sé si se deba al cómo inició su carrera, lo que haría parecer que fue un ídolo impuesto más que generado por la afición. Tampoco sé si pueda ser por su deporte; en México hemos tenido históricamente verdaderos super-héroes en el boxeo.

Sea como sea, muchos han sido duros e injustos con la carrera de Canelo, quien parece no saciar su hambre y que, estoy segura, buscará revancha. Si no podemos reconocer el trabajo, el sacrificio y el riesgo que ha tomado Saúl, puede ser una respuesta a por qué no tenemos ídolos. En el país donde todo es poco y nunca es suficiente, Canelo ha peleado contra la mediocridad y contra la opinión pública, batalla que también parece haber perdido.